Una nueva era
El llanto que debería detener la barbarie
Menorca04/06/25 4:00
Lloró. En su turno de intervención, entre trajes y micrófonos, el representante permanente de Palestina en la ONU, Riyad Mansour, rompió a llorar. No fue un gesto político, ni una puesta en escena. Fue el quiebre de un ser humano. Fue el desgarro de alguien que ya no pudo seguir hablando de la muerte sin que el cuerpo se le quebrara. Lloró porque ya no hay palabras, porque lo indecible ha pasado a ser cotidiano. Porque en Gaza no queda casi nada que no haya sido bombardeado, roto, aplastado… ni siquiera las lágrimas.
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