Netanyahu, el nuevo Hitler

TW

Que un genocida como Netanyahu, con decenas de miles inocentes asesinados a sus espaldas, sea capaz de decir sin siquiera inmutarse que el grito de Palestina Libre es el nuevo Heil Hitler constata el tipo de individuo que es: un asesino sanguinario sin el menor escrúpulo o conciencia. Llamar guerra a la atrocidad que él y su gobierno están cometiendo en Palestina es pisotear el derecho internacional y el último atisbo de ética o moral que podía quedar en esta barbarie que no empezó el 7 de octubre de 2023, sino hace más de 80 años, cuando Israel inició el proceso de colonización de la tierra palestina que nunca ha dejado de intensificarse. Encerrar a dos millones de personas en unos muros de los que no pueden huir y bombardearlos impunemente durante meses es una de las mayores atrocidades que se han cometido en la Historia. Bloquear el acceso al agua, la comida y las medicinas haciendo que centenares de niños mueran de hambre y sed no tiene mucho que envidiar en cuanto a crueldad a gasearlos y quemarlos, como hicieron los nazis con los judíos. La agonía de los gaseados por lo menos fue más rápida. Hitler, aunque intentó esconderlo, buscó la «solución final», el exterminio del pueblo judío. Netanyahu, ocultándolo tras soflamas antiterroristas y continuos incumplimientos de la legislación internacional, está intentando hacer exactamente lo mismo con el pueblo palestino. A los judíos los nazis les confiscaron sus bienes, a los palestinos, infinitamente más pobres, el gobierno de Netanyahu les roba lo único que tienen: su tierra y su identidad.

¿Y cómo es que la «comunidad internacional», las naciones democráticas, cristianas y bien pensantes de nuestra querida Europa no hacen nada para impedirlo? A nadie debería extrañarle. Con nosotros hicieron lo mismo: con la excusa de la política de no intervención permitieron que las tropas de Hitler y Musolini apoyaran abiertamente a Franco ayudándole a ganar la guerra, confiscaron las cuentas que el legítimo gobierno de la República tenía en sus embajadas en el extranjero impidiéndole con ello poder comprar armas para defenderse y permitiendo que, una vez acabada la guerra, la dictadura de Franco se perpetuase durante cuarenta años, dictadura que tuvimos que sufrir nosotros mientras los europeos venían a pasar sus vacaciones en nuestras playas y se hartaban de toros, vino y paellas. No, si al final la propuesta de Trump de convertir Gaza en un resort turístico de lujo quizá no sea algo tan nuevo ni descabellado como parece.