A lo loco es el sistema que está de moda, que está de moda, se pronuncia en todas partes y a todas horas, etc. Así se escuchaba en cualquier emisora a través del receptor, uno de los primeros entretenimientos caseros pagados a plazos, o bien apuntando en el cuaderno del establecimiento elegido, o en su caso con varias letras de pago a través de la entidad bancaria preferida.
Por lo que se ve, el sistema de ‘a lo loco’ continúa, a pesar de los años transcurridos. El tema está en boga, lo que me hace pensar que el modernismo no ha sabido o no ha podido, o no sé a qué achacarlo, la humanidad vive en decadencia de muchas cosas y por lo visto a pesar de engrandecer las ciudades, desprendernos de los campos verdes que nos envolvían aquel Mahón con sus huertos y norias, suplantándolos por infinidad de edificios tipo «colmenas». Y lo que parecía una barbaridad, lo que tanto dio que hablar a las gentes de la ciudad con el paso del tiempo nos ha demostrado a todos no fue suficiente, lo comento tras escuchar la cantidad de habitaciones particulares, con derecho a cocina y baño después de pagar por la misma hasta 500 euros por tan reducidos metros, tal cual una jaula humana, y nada digo del precio que han subido los pisos de 70 metros cuadrados, ni de las casetas de playa por tan solo de noviembre a abril, el resto representan el negocio del año para sus propietarios, amén de los que permanecen sin darse de alta a pesar de lo que digan las autoridades, estos chalets alquilados se mantienen bajo «top secret».
Todo ello me da qué pensar en el fracaso de las expectativas, somos más de cuantos humanos podríamos estar abscritos, ya sé que viene a ser una gran entrada para las arcas amén de ser expectante ver nuestras calles llenas a tope, no hay más que ir escuchando la cantidad de diferentes lenguas que se oyen, voces latinas, africanas, francesas, inglesas, otros puntos del mundo con otras culturas, otra manera de pensar, de reaccionar, de costumbres familiares, rezos, cantos y principalmente de circular por nuestras calles. Tengan en cuenta que siempre intento ser positiva, mas preguntaría quién vio jamás circular bicicletas de arriba a bajo por las calles de las Moreras, bajar la cuesta de la Plaza y quedar atónito por la calle Nueva y Arravaleta ante tantas bicis. Y nada digo de los patines, si bien hay quienes lo manejan con cordura y educación, la mayoría «va a lo loco».