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La artista Marita Cort presenta en Pollença sus primeros frutos experimentando en el mundo de la fotografía con Vivencias-Ausencias, una exposición que recoge sus trabajos a lo largo del último año.

Su reflexión gira en torno a las figuras que han desaparecido pero que han dejado una marca que va mucho más allá de la retina o la cámara. Cort juega con las sombras, los rastros de las imágenes, en composiciones que rozan lo obsesivo y tratan de extraer significados más profundos cada vez en cada nueva imagen.

Con María José Corominas como gran apoyo escribiendo el texto que introduce a la muestra, Cort afronta con ilusión, pero con la experiencia de un gran bagaje en el mundo del arte en disciplinas como la cerámica o la pintura, esta nueva etapa detrás de la cámara.

Y es que esta técnica le ha servido de revulsivo después de cierta sequía creativa tras la que, renovada, inicia esta nueva etapa llenando su estudio de Santa Ponça de imágenes. La exposición estará abierta hasta el próximo 6 de noviembre tras el éxito de una inauguración que contó con muchos amigos de la artista.