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La historia del 'Astral', un velero que ha rescatado a unas 15.000 personas en cuatro meses en el Mediterráneo, y que ha participado en alguna de las operaciones de salvamento más masivas hasta el momento, supuso un exitoso inicio de temporada para Salvados, quien se embarcó para mostrar de primera mano el drama migratorio y humanitario que parte desde las playas de Libia con destino a Europa, alcanzando 2,7 millones de espectadores y un 14 por ciento de cuota de pantalla.

El trabajo de Jordi Évole, quien durante unos días retrató el trabajo de las ONG detectando y poniendo a salvo a los ocupantes de los 'dinguis', las embarcaciones que fletan las mafias locales para las personas que quieren dar el salto al viejo continente, previo pago de cantidades que oscilan entre los 300 y los 600 euros, dejó numerosas escenas que impactaron a la audiencia.

Estas saben a ciencia cierta que es un viaje que no pueden completar. Incluyen gasolina para un máximo de cuarenta millas y un teléfono satélite para dar la voz de alarma cuando quedan a la deriva. No hay víveres ni agua. O les rescatan o perecen en el mar.

El sueño europeo

Los ojos de aquellos que buscan un futuro mejor brillaban al pronunciar la palabra 'Europa', la tierra prometida que es aún sinónimo de seguridad y prosperidad para las gentes que escapan de la miseria y la destrucción de la guerra.

Sin embargo, la desesperanza e incredulidad también se vislumbraba en los ojos de quien descubría que aún le quedaba mucho trecho por recorrer. Y lo debían hacer con lo puesto, ya que los traficantes libios los despojan de todas sus pertenencias, para que quepan más ocupantes en las barcazas neumáticas y maximizar así sus beneficios.

La imagen de un niño sin nada compartiendo el chicle que le acaban de dar, la docilidad y las alabanzas y gracias a Dios en el momento de ser rescatados, los llamados buitres, dedicados a recoger los restos del rescate para utilizarlos en otros embarques, o la 'guardia costera' libia, chicos de veintipocos años embarcados en una lancha con kalashnikov al hombro, que advierten del ?peligro? de los africanos que esperan para dar el salto a Europa, más de un millón en el país magrebí según ciertas fuentes, fueron algunos de los momentos de calado que dejó este documental.

El tema promovió un intenso debate en las redes sociales, donde se exigió más apoyo de Europa y coordinación entre los países afectados.