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El último programa de MasterChef Celebrity 6 dejó muchas sorpresas. La noche comenzó con una expulsión inesperada: Arkano no logró convencer al jurado con su esturión a la escabechina y se convirtió en el primer concursante en abandonar el reality este lunes.

«Me voy contento, he demostrado todo y más. Que mi 100% no estaba a la altura de este nivel de la competición, bueno, pero a nivel personal, estoy muy contento. Esta experiencia es increíble, te pone al límite, saca lo mejor de ti», aseguró el joven.

Además, se mostró muy agradecido con el concurso: «Ha sacado cosas que yo no había mostrado en público. Ha sido como un volver a la infancia para todos y una experiencia mágica. Sin duda, una de las más duras que he vivido nunca, pero repetiría sin pensarlo».

Unas horas más tarde llegó la segunda expulsión de la noche. Iván Sánchez fue el peor valorado en el último reto y, por este motivo, se convirtió en el último eliminado. «MasterChef es un programa que te obliga a conocerte muy bien porque aquí te sale lo mejor, pero también lo peor. Cuando te sacan de tu oficio te entran los nervios, te entra todo porque no controlas lo que estás haciendo», explicó el concursante a Pepe Rodríguez.

Uno de los momentos más tensos lo protagonizó una vez más Verónica Forqué, que hizo llorar a Carmina Barrios en la prueba de exteriores. Mientras la sevillana trabajaba con tranquilidad, Forqué, que era la capitana, se acercó para preguntarle por la sal. Ajena a los comentarios de Carmina, comenzó a echar sal al plato. «No le eches más sal», pidió la aspirante. Pero la actriz no hizo caso: «Aquí la sal la pruebo yo. Y punto».

Aunque el enfrentamiento no terminó ahí. Minutos más tarde Verónica criticó el pan frito de Carmina, ya que consideraba que tenía «demasiada grasa». La capitana decidió tirarlo a la basura, algo que provocó el enfado de Carmina: «¡Nooooo! No lo tires, que eso era para la picada. Tiene que estar pringoso». Sobrepasada por la situación, la madre de Paco León rompió a llorar.

Aunque sus compañeros intentaron calmarla, la andaluza no entendía la actitud de la artista. Ya más relajada, en la valoración hizo balance del cocinado asegurando que había sido «una pesadilla». Eso sí, intentó buscarle el lado positivo: «Al menos estoy perdiendo peso».