Teoría del apego
No tenía yo conciencia de que existiera una teoría del apego, y ayer, hojeando un suplemento dominical me enteré de que sí existe, y muy bien formulada y fundamentada. El artículo en cuestión hablaba de la tendencia innata de los seres humanos a buscar proximidad y contacto con aquellas figuras que le dan confianza y seguridad en los momentos difíciles. Esta teoría, formulada por el psicólogo británico John Bowlby, afirma que el apego es un vínculo afectivo entre dos personas y, por ello, aunque al principio se fijó en los niños pequeños, después se extendió a todas las edades. Todos sabemos a quién y a quién no le tenemos apego. Está chupado. No tenemos ni que pensarlo, porque lo notamos en seguida. La teoría, por tanto, se puede aplicar no solo a nuestros padres o familiares que nos han cuidado, sino también al amor de pareja. Y, en este caso, tira por tierra todas las relaciones amorosas que nos han servido de ejemplo a través de la literatura, el cine, las canciones y demás. Lo que de un tiempo a esta parte se entiende como amor romántico -algo que habría que abolir de inmediato- está totalmente desfasado y no sirve para nada.
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