Directo al grano: la conferencia de Cayetana en Mahón fue brillante. O mejor, brillantísima. Según dijo acertadamente el presidente de la entidad organizadora, Hipólito Mercadal de la Fundación Rubió: solo hay dos políticos españoles a los que se les llama por su nombre propio: uno es Felipe y el otro es Cayetana. Su conferencia fue un espléndido viaje panorámico desde la Transición a la actualidad política española. La parlamentaria más interesante que sin duda hay hoy en nuestro país, con un currículo tan prestigioso, consiguió fascinar al numeroso público que abarrotó las salas de la entidad.
Comenzó resaltando su vínculo con nuestra Isla («hace más de veinte años que veraneo aquí», «yo también sufro el mal estado de las carreteras en verano», «estoy buscando casa para retirarme aquí»...).
Después comentó sus ideas liberales. Afirmó ser una optimista racional y combativa porque «ser pesimista es ser un pelmazo» que no cree en la esperanza ya que tiene así una excusa para no levantarse del sofá y luchar por el progreso humano. «En la vida se puede ser cualquier cosa menos un cobarde». «Entre sumisión y conflicto, prefiero el conflicto». «El diálogo es a veces una forma de sumisión». «La vida al baño maría no existe».
Tildó a su amiga María Corina Machado como «la gran heroína del siglo XXI» comparándose las dos a los salmones que van nadando siempre a contracorriente «río arriba, río arriba». Dijo que la Transición fue una «conversación» entre los distintos grupos que condujo a un pacto y a un acuerdo. Hoy eso es imposible porque el Parlamento se ha convertido en un diálogo de besugos donde no hay «conversación posible». Cualquier pregunta/proposición al gobierno es respondida invariablemente con acusaciones de «facha, facha, ultra, ultra».
Criticó que la mentira, el oportunismo y la chulería de Sánchez (con sus andares de «galán de tranvía») han mutado la Transición del 78 en un Frankenstein de territorios enfrentados por agravios materiales e identitarios, en una anhelada y utópica confederación de tribus republicanas en formas pero no en valores (ni libertad, ni igualdad, ni fraternidad) sino servidumbre, discriminación e insolidaridad.
Después de calificar a Zapatero como una desgracia para Venezuela y una vergüenza para España se centró en los ‘hitos’ del sanchismo. El primero fue la amnistía, es decir, «yo te borro a ti todos tus delitos a cambio de que me des el poder». «Una amnistía con ánimo de lucro». Luego comentó el affaire del fiscal general imputado por participar en una operación para destruir a una adversaria política. No hay precedentes de «una dinámica delictiva... con la participación de la presidencia del gobierno». En este punto añadió que no hay tiempo material para digerir las noticias escandalosas que se producen diariamente.
Otro hito han sido las respuestas a las investigaciones contra su mujer y su hermano. Después de meditar 5 días por estar «profundamente enamorado», anunció un ataque desmesurado contra los contrapesos democráticos: la oposición, los medios no adictos y los jueces. Tildó a Armengol como la ministra número 23 de Sánchez. Y dijo que el mayor bulo es que Bolaños sea ministro de Justicia. Otro hito es la ‘ley Begoña’ que busca la impunidad para su familia; también trató de la intención de asegurarse la fidelidad de los nuevos jueces y dijo que a Sánchez le conviene transmitir la sensación de que los jueces son fachas, franquistas y ultras... para tensar y polarizar al electorado. En el fondo busca un choque entre democracia y ley, como si no fueran complementarias. Recordó que nunca un presidente del gobierno comenzó una legislatura anunciando que construiría un muro para aislar a la mitad de los ciudadanos como estrategia de supervivencia. También recordó que Franco no fue derrotado por una izquierda heroica sino por una vulgar flebitis y afirmó que el sanchismo es pesimismo porque condena a España a repetir sus errores históricos... un duelo a garrotazos.
Alabó la figura del Rey (que en su discurso del 3-O defendió los valores republicanos de libertad, igualdad y fraternidad) y afirmó que el PSOE necesita un nuevo Suresnes. Si allí rompió con el marxismo, ahora deberá de romper con el separatismo, el ‘guerracivilismo’ y el cainismo, es decir con el sanchismo.
El trabajo será arduo e ingente cuando Sánchez abandone el poder. Habrá que reconstruir y revertir todos los desmanes moralmente inadmisibles. Llevamos 40 años financiando lo que nos separa, lo que nos divide, lo que nos aleja unos de otros. Ya es hora de resaltar todo lo que nos une, lo que nos es común, la historia, la lengua.
No dejemos que nos devuelvan al pasado, no seamos besugos sino salmones: nademos a contracorriente, siempre «río arriba, río arriba». Ojalá el PP balear tome ejemplo de la valentía y claridad de ideas de Cayetana.
Notas:
1- Es muy triste que Sánchez se quiera vengar de su derrota en el Parlamento castigando a los pensionistas y a las clases medias en sus modos de transporte. El chantaje gasteril como forma de hacer política es miserable.
2- Trump asombra y despierta admiración en buena parte del mundo por la celeridad y determinación en poner en marcha sus promesas electorales a diferencia de otros que las incumplen sistemáticamente.
3- Trump odia las guerras porque ‘lo que quiere es hacer negocios, no prisioneros’ (Savater, TO 26/1/25).
4- A la conferencia de Cayetana en Mahón asistieron antiguos cargos socialistas. Y gentes de izquierda.