La dieta prioriza los carbohidratos, en detrimento de alimentos refinados y ricos en grasas. | Antoni Shkraba

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Las dietas son como las modas, cambian y vuelven años después al uso. Si bien en la actualidad se estila la priorización de alimentos ricos en proteína o bajos en carbohidratos, últimamente está volviendo también una muy popular en los años 70 y 80 del siglo pasado, que propone todo lo contrario: aumentar la ingesta de carbohidratos, en detrimento de productos refinados y altos en grasas. Es la conocida como dieta 'pritikin'.

Fue ideada por Nathan Pritikin, un ingeniero que acuñó la dieta como base para un estilo de vida saludable para los integrantes de un refugio en el sur de California. Años después, en 1979, escribió un libro explicando los beneficios y la metodología de esta base alimenticia. En líneas generales, Pritikin defendía que basar el grueso de la dieta en los carbohidratos complejos (como cereales de grano entero o legumbres) ayudaba a mejorar la salud. Así, que del total diario de calorías, estas procedieran entre un 75 y un 80 % de carbohidratos, reducir a entre un 15 % y un 10 % las proteínas y a un 10 % las grasas. Ello, señalaba, producía entre otros efectos una pérdida de peso, disminución de la presión arterial y mejora de enfermedades cardiobasculares.

Eso sí, no es oro todo lo que reluce. Para lograr tales beneficios, los carbohidratos no se pueden conseguir de bollería, azúcares o cantidades ingentes de pasta, sino que se ha de adquirir ingiriendo sobre todo verduras y legumbres, además de carbohidratos complejos. Esta es una lista de alimentos a priorizar en la dieta pritikin:

  • Frutas y verduras
  • Pasta de trigo integral
  • Pan de trigo integral
  • Arroz integral
  • Avena
  • Patatas
  • Lentejas
  • Frijoles
  • Guisantes
  • Maiz

Por contra, el consumo de los siguientes productos se tendría que evitar o reducir:

  • Productos lácteos enteros
  • Grasas saturadas
  • Aceite de coco
  • Aceite de palma
  • Carnes rojas
  • Manteca
  • Azúcar
  • Sal

Cabe señalar que, a pesar de su popularización hace unas décadas, no se han realizado estudios acerca de los efectos de un estilo de alimentación basado en esta dieta de forma sostenida en el tiempo.