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No es fácil determinar cuál es el primer libro de la historia, y esto se debe a su definición: ¿qué es un «libro»? Antes de la invención de la imprenta, los textos se registraban a mano, en pergaminos, tablillas de arcilla o papiros. Así que, en este sentido, ¿cuándo se publicó el primero?

El instinto natural de muchas personas es pensar que el primer libro de la historia que se publicó fue la Biblia, sobre todo la Biblia de Gutenberg, pero no es así. Si bien es una figura destacada que contribuyó con la invención y perfección de un tipo de imprenta, antes de él, existieron otros métodos precedentes.

Esto quiere decir que el primer libro de la historia se escribió y se «publicó» mucho antes que la Biblia de Gutenberg.

La historia del libro

Aunque sea difícil de creer, el origen del libro, en sus casi 3000 años de existencia, no ha experimentado muchos cambios. Básicamente, solo ha experimentado dos grandes transformaciones: del rollo al códice (que es el formato que aún vemos en estanterías) y, recientemente, al libro electrónico.

En cuanto a cuál fue el primer libro de la historia, algunos sostienen que es el «Poema de Gilgamesh», una obra épica de la antigua Babilonia que se escribió en once tablillas de barro antes del 2000 a.C., en escritura cuneiforme, y que recogen el mito de Gilgamesh, un personaje legendario de la mitología sumeria.

En su libro «Los primeros libros de la Humanidad. El mundo antes de la imprenta y el libro electrónico», el escritor venezolano Fernando Báez cuenta que los primeros libros se confeccionaron cerca del tercer milenio a.C., en santuarios o talleres de Mesopotamia.

De acuerdo con Báez, eran tablillas fabricadas con arcilla en las que, con escritura cuneiforme, se escribieron las primeras narraciones de épica, mitología, crónicas y hasta textos amorosos.

En un artículo de Euroxpress, que también cita al escritor venezolano, se cuenta que la primera biblioteca con estos textos fue la del rey Asurbanipal, «cuyos restos aparecieron en 1849 durante unas excavaciones dirigidas por el arqueólogo Henry Austin, en las que se encontraron más de 20.000 de estas tablillas».

Allí se habría encontrado el «Poema de Gilgamesh», el que algunos consideran el primer libro de la historia.

No obstante, en el mundo se conservan más libros escritos en tablillas de arcilla casi igual de antiguos, entre ellos: «Instrucciones de Surupak», el «Himno a Nanshe» y «La Elegía de Dumuzi», todos, al parecer, con fecha de creación anterior al 2.000 a.C.

Libros de papiro y pergamino

Ahora bien, el concepto de libro, según se entienda, puede diferir en cuanto a cuál fue el primero. Hay quienes consideran que las escritura cuneiforme en tablillas de arcilla o barro, efectivamente son las primeras narraciones escritas de la humanidad, pero no serían un libro.

De acuerdo con esto, los primeros libros de la historia se habrían escrito con la llegada del papiro y el pergamino, que habrían visto la luz durante el tercer milenio A.C., cuando Egipto inventó el papiro.

Este material fue utilizado por persas, griegos, árabes y romanos, y en él se recopilaban las historias y poemas que se transmitían oralmente.

No está claro cuál fue el primer libro publicado en un papiro, pero uno de los más antiguos encontrado en este soporte es «El libro de los muertos», que originalmente se había escrito sobre una piedra.

El pergamino llegó posteriormente, cuando el rey de Egipto, Ptolomeo V, se negó a exportar más papiro a la ciudad griega de Pérgamo, por lo que los bibliotecarios de allí lo sustituyeron con un nuevo soporte: el pergamino, que debe su nombre a esta ciudad.

Ambos materiales y sus escritos se conservaban en forma de rollo, pero fue considerándose incómodo a la hora de leerlos. Es entonces cuando se sustituye su formato y cambia al códice, el cual es el más parecido al del libro actual y que vemos en las estanterías.

En resumen, estos son los primeros libros de la historia. Y gracias a ellos y a su evolución, se ha conservado, transmitido y difundido la literatura a nivel universal.