Imagen de archivo. | Chakri Wachiprasri

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Vale que suena cuando menos regular y, de primeras, no del todo apetecible, pero la llamada «leche de cucaracha» podría convertirse en un futuro no muy lejano en fuente de nutrientes habitual en la alimentación humana.

Así lo creen al menos los investigadores de la Unión Internacional de Cristalografía, que han descubierto en una especie muy particular de cucaracha -vivípara, para empezar- un líquido similar a la leche y con un alto -y sorprendente- valor nutricional, que el insecto segrega para alimentar a sus crías.

Es la ‘cucaracha ciprés’ o ‘cucaracha escarabajo del Pacífico’ (su nombre científico es Diploptera Punctata) y es una especie exclusiva de Asia, Oceanía y algunas islas del Pacífico, que está siendo objeto de especial atención por parte de la comunidad científica.

Más nutritiva que la de vaca

La existencia de un insecto capaz de producir un líquido similar a la leche con el que «amamantar» a sus crías fue lo primero que llamó la atención a los investigadores (porque sí, la mayor parte de las cucarachas son ovíparas, es decir, ponen huevos). Pero lo que les dejó «verdaderamente fascinados» fue comprobar que «un sólo cristal de este líquido contiene hasta cuatro veces más energía que la misma cantidad de leche de vaca».

Así lo expusieron en su publicación en la revista científica Science Alert, donde también se referían a este estrambótico producto como un «superalimento» llamado a «jugar un papel clave en el futuro para luchar contra el hambre en el mundo».

Y es que, la «leche de cucaracha» no sólo está compuesta por proteínas, grasas, azúcares y diversos tipos de aminoácidos esenciales -todo lo necesario en una comida- sino que posee propiedades que la hacen altamente estable y resistente a la digestión en el tracto gastrointestinal.

Además, su producción resultaría más económica y más sostenible para el medio ambiente que la de la leche tradicional, que emite una gran cantidad de CO2, o la de muchas leches vegetales.

Afortunadamente, y como los mismos científicos reconocen, el objetivo a futuro no es «ordeñar cucarachas» sino producir el mejunje de forma sintética en el laboratorio. Y, puede que parezca un poco loco, pero lo cierto es que los insectos ya forman parte de la dieta habitual de muchas culturas y regiones, aunque no los hayamos integrado todavía en la dieta Mediterránea.

De hecho, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ya nos ha recomendado en varias ocasiones incorporarlos a nuestra dieta como medida para paliar las consecuencias de la sobreexplotación agrícola y ganadera, o los efectos de la sequía y del cambio climático.

Así que, ¿quién sabe? Tal vez no pasen muchos años antes de que podamos encontrar leche de cucaracha en cualquier supermercado.