Hoy en día, la Inteligencia Artificial ofrece infinidad de posibilidades. | ThisIsEngineering

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La Inteligencia Artificial ofrece infinidad de posibilidades. Desde un asistente de voz que nos acompañe día a día, hasta una ayuda para generar textos o imágenes. Pero quién utilice esta herramienta es lo que diferencia el uso final que se le dé. Y es que no solo ofrece oportunidades, sino que también supone numerosos peligros. Y una de las más importantes amenazas son los deepfakes, una técnica que permite crear imágenes falsas de personas que aparentemente son reales.

Es lo que ha sucedido en el caso de los menores imputados en Mallorca por hacer un montaje de carácter pornográfico con Inteligencia Artificial. Utilizando algoritmos de aprendizaje no supervisados, conocidos en español como RGA (Red generativa antagónica), y vídeos o imágenes ya existentes, el resultado final de los deepfakes es un vídeo muy realista, aunque ficticio.

Tradicionalmente, los fakes audiovisuales eran aquellas creaciones que pretendían engañar a través de los estímulos, como sería el caso del cine, la televisión e internet. Uno de los grandes fakes recogidos en la historia se produjo en 1938 con la emisión radiofónica La guerra de los mundos, dirigida y narrada por Orson Welles, ya que causó el pánico a millones de estadounidenses. Con el paso del tiempo, en internet se popularizó la creación de contenido falso en el que un personaje público aparecía en un vídeo pornográfico sin importan que la persona haya realizado escenas o vídeos de este tipo.

Sin embargo, existen casos en los que los deepfakes se han utilizado con el consentimiento de las personas que salen, como sucediera en dos escenas de la película Rogue One una historia de Star Wars (2016), en las que la Princesa Leia aparece con la cara de Carrie Fisher cuando era joven. También se ha utilizado este engaño para ‘resucitar’ a la ‘Faraona’ Lola Flores en el anuncio de Cruzcampo, para el que se utilizaron 5.000 imágenes para vincular su cara y su voz con la la artista que la representa. Esta técnica, aplicada al audio, también se está empezando a utilizar en la industria del cine con el fin de poder poner la voz original de los actores en las versiones dobladas de películas y series.