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El PSOE quiere hacerse con la Presidencia de la Mesa del Congreso y que en el bloque de izquierdas del órgano rector de la Cámara Baja sólo estén presentes ellos y sus socios de Sumar, reservando a ERC y PNV para ceder presidencias de comisión. La composición de la Mesa del Congreso se vota la próxima semana y, con los escaños obtenidos en las elecciones generales del 23 de julio y el método de elección de la misma, los dos bloques --PP y Vox, por un lado, y PSOE y Sumar, por otro-- tienen asegurados cuatro puestos cada uno: dos vicepresidencias y dos secretarías. La mayoría la conseguirá quien se haga con la Presidencia.

En la derecha, Vox ha reclamado al PP tener al menos un puesto en la Mesa de la Cámara y si ambos unen fuerzas en la sesión constitutiva del próximo día 17 sumarán 171 votos. Esto obliga al PSOE a recabar el voto de todas las minorías nacionalistas e independentistas para retener la Presidencia, que esta legislatura ha ostentado Meritxell Batet y que no optará a la reelección.

Primeras reuniones

Los socialistas ya están dando pasos encaminados a lograr este fin. Según los primeros contactos con las minorías, el plan es que el bloque de la izquierda se haga con cinco de los nueve puestos de la Mesa: la Presidencia, dos vicepresidencias (una para PSOE y otra para Sumar), y dos Secretarías (PSOE y En Comú), aseguran a Europa Press fuentes parlamentarias.

Para asegurarse la Presidencia del Congreso, que a su vez permite el control del órgano de gobierno, el PSOE ofrece a las minorías Presidencias de comisión y garantías de que sus grupos parlamentarios, aunque no cumplen todos los requisitos, serán reconocidos.

Fuentes de ERC admiten que entrar en la Mesa del Congreso no es una de sus prioridades, y se inclinan por asegurarse la presidencia de alguna comisión. Eso sí, algo alineado con el número de diputados que actualmente tiene la formación, siete, para que no estén sobrecargados.

Para el PNV, con cinco diputados, también es preferible presidir una comisión que ocupar un puesto en la Mesa que conllevarían más obligaciones.

Bildu tampoco tiene especial interés en formar parte de la Mesa del Congreso y la pasada legislatura ni siquiera reclamó una Presidencia de comisión. Lo que sí quiere es que la próxima Mesa del Congreso tenga mayoría progresista y no esté dominada por PP y Vox.

La prioridad de Junts, por su parte, es tener asegurado su grupo parlamentario, ya que no cumplen todos los requisitos reglamentarios (no llegan al 15% en todas las circunscripciones) y todo queda al albur de la interpretación de la Mesa. Algo parecido le pasa a ERC, pero el PSOE les ha garantizado que, si se hace con la mayoría en la Mesa, no habrá problema.

Sin pistas

En estos primeros contactos, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y Asuntos Constitucionales, Rafael Simancas, no ha adelantado quién personificará la candidatura del PSOE a presidir la Mesa del Congreso.

Lo que sí se ha descartado es que la Presidencia recaiga en alguien ajeno al PSOE, como habían sugerido algunos partidos de Sumar como Podemos y Compromís. El portavoz de la coalición, Ernest Urtasun, zanjó el debate antes de que creciera dando por hecho este miércoles que el puesto corresponde a los socialistas.

En todo caso, los interlocutores del PSOE asumen que la negociación para conformar la nueva Mesa del Congreso es independiente de las conversaciones se mantengan, a partir del día 17, para intentar un acuerdo que permita la investidura de Pedro Sánchez. El PSOE prefiere ir paso a paso.