Durao Barroso, Arseni Yatseniuk, Van Rompuy y Catherine Asthon, ayer en Bruselas. | OLIVIER HOSLET

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La Unión Europea (UE) decidió ayer sus primeras medidas para atajar la crisis en Ucrania a través de una doble vía: imponiendo las primeras sanciones a Moscú con la suspensión de las negociaciones para liberalizar visados y garantizando a Kiev ayudas económicas y un acuerdo político.

«En los últimos días hemos visto el desafío más grave para la seguridad en nuestro continente desde la guerra de los Balcanes», dijo el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, antes de desgranar las medidas que la UE contempla para rebajar las tensiones en Ucrania y su península de Crimea.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE celebraron ayer en Bruselas una cumbre extraordinaria dedicada a buscar una solución pacífica al conflicto.

Como primera medida, la UE decidió suspender las negociaciones con Rusia de cara a la liberalización de visados y las del nuevo acuerdo marco de las relaciones entre Bruselas y Moscú, y confirmó que los países comunitarios que pertenecen al G-8, no asistirán a las reuniones preparatorias en la ciudad rusa de Sochi.

«Suspendemos las negociaciones bilaterales para la liberalización de visados con Rusia y las del nuevo acuerdo de asociación», anunció Van Rompuy, que insistió en que para la UE «la solución solo se puede encontrar a través de la negociación entre Ucrania y Rusia, a través de potenciales mecanismos multilaterales que deben empezar en los próximos días y producir resultados rápidos».

Agregó que «de no ocurrir así, se pasará a otras medidas como la prohibición de viajar a la UE, la congelación de activos e incluso a la cancelación de la próxima cumbre entre la Unión Europea y Rusia».

Consecuencias
Si no hay progresos, «habrá consecuencias para la relación bilateral entre la Unión y sus Estados miembros, y Rusia, en amplias áreas económicas», agregó Van Rompuy, que reiteró que «Rusia tiene que rebajar el nivel de las tensiones o sufrir las consecuencias».

La UE valoró la importancia de sus relaciones con Kiev y Moscú, y dijo que está preparada para entablar un diálogo «franco y abierto» con ambos, respetando la integridad territorial y la soberanía ucraniana.

«Nuestra prioridad es una salida negociada y pacífica a esta crisis», afirmó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.