Facebook ha abierto los datos de sus usuarios a los vendedores. | Facebook

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Con su nueva plataforma publicitaria, Facebook ha abierto a los vendedores el tesoro de sus datos, esas ingentes cantidades de información de sus usuarios que delatan gustos y hábitos para que los exploten, con el objetivo de competir con Google, líder del imperio de los anuncios digitales.

La iniciativa ha caído como un jarro de agua fría entre algunos internautas, que consideran la medida una nueva afrenta contra su privacidad en un entorno digital vapuleado con casos de espionaje de gobiernos y experimentos para manipular opiniones además de acceso a datos de usuarios sin consentimiento por parte de algunas grandes tecnológicas.

Facebook ha anunciado que la plataforma Atlas recogerá sus datos y los utilizará en webs externas, de manera que si un usuario pulsa un «Me gusta» podría visualizar anuncios sobre productos vinculados con sus gustos en otros portales, una medida que ayudará a personalizar y segmentar de forma más efectiva la publicidad.

En las últimas horas la red se ha convertido en espacio de opiniones encontradas: algunos cibernautas se muestran muy preocupados por cómo se usarán sus datos y cómo afectará a su privacidad la nueva plataforma de Facebook, mientras que otros, críticos contra quienes en su día facilitaron alegremente su información personal, les recomiendan no quejarse ahora.

Los internautas ofrecen recomendaciones para proteger la intimidad y animan a sumarse a otras plataformas, como Ello, la incipiente red social sin publicidad que no vende sus datos y que ha visto crecer exponencialmente sus adhesiones en las últimas horas, según sus responsables.

En España, la publicidad digital representa el 21 % del total de la inversión publicitaria y es el segundo soporte por detrás de la TV.

Aunque la comercialización de datos personales no es algo nuevo en el sector de las tecnológicas, que buscan beneficios por vías alternativas para compensar la gratuidad de sus servicios, la plataforma de Facebook incluye peculiaridades que instan a mantener la guardia en temas de privacidad, según los expertos.

Facebook asegura que garantiza la intimidad de sus clientes y nunca desvela la identidad de sus usuarios a los vendedores.

Sin embargo, en materia de transparencia en el uso de datos personales de sus usuarios esta empresa, aunque ha avanzado, todavía está lejos de sus competidores, ha explicado Enrique Dans, profesor del IE Business School; otras compañías facilitan de forma muy sencilla y accesible, con sólo tres «clics», los datos que almacena del usuario, pero no ocurre igual con Facebook, ha añadido.

En su opinión, el nuevo modelo de negocio que ofrece al consumidor sólo lo que le gusta tras ser rastreado plantea dudas porque muchos lo asocian a un degradación de la esencia de la persona.

Ha explicado que el usuario es convertido en «diana caminante» cuyos movimientos están en constante escrutinio para lograr el «codiciado impacto, el tiro con la bala adecuada y que determina un comportamiento de compra positivo».

Los expertos coinciden en que en conflictos de intimidad por uso de datos personales con fines comerciales suelen tener culpa «tanto las compañías, cuando no son suficientemente transparentes y cambian veladamente sus políticas de privacidad, como los internautas, si son demasiado confiados y laxos al compartir su información», segun el presidente de la Asociación de Internautas (AI), Víctor Domingo.

Un estudio de la multinacional EMC desvela que el internauta apenas protege sus datos: uno de cada cuatro sacrificaría su privacidad por un mayor acceso a la información en la red, y el 62 por ciento no cambia sus contraseñas en mucho tiempo.

El profesor, abogado y consultor de estrategia digital Borja Adsuara ha insistido en los lazos entre los servicios gratuitos y cierta renuncia a parte de la intimidad; cuando las prestaciones no se pagan, como el correo electrónico, «el producto eres tú», ha añadido el que fuera director general de la entidad Red.es.

Adsuara ha defendido la libertad personal para hacer públicos o no los datos individuales, y ha exigido que se garantice que las empresas realmente los retiren si se les solicita y se castigue a quien viole los derechos fundamentales pero sin penalizar conductas que aún no han sido delito porque eso perjudica la competitividad.

La protección de los menores es algo que preocupa especialmente al presidente de la Asociación Profesional Española de Privacidad (APEP), Ricard Martínez, cuando se habla de comercialización de datos personales, porque los más pequeños no saben siempre discernir lo que es un anuncio o no, y para ese colectivo exige una transparencia aún mayor si cabe.

Martínez admite que inicialmente, si las cosas se hacen bien, no ve con malos ojos recibir ofertas publicitarias personalizadas rastreados los gustos del internauta; sin embargo, exige máxima transparencia y el uso de métodos respetuosos con la intimidad de las personas.