Algunas fuentes reportan que tras el ataque con gas, algunas instalaciones médicas que atendían a heridos también fueron bombardeadas. | Efe

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El supuesto ataque químico en la provincia rebelde Siria de Idlib producido en las últimas horas, que ya ha dejado 72 civiles muertos, entre ellos más de diez niños, ha generado discrepancias entre las potencias europeas y Rusia sobre las circunstancias en las que se produjo.

Mientras que Francia y Reino Unido dan por hecho la responsabilidad del gobierno de Bachar Al Assad del ataque con gas sarín en la ciudad norteña de Jan Shijún, desde el Kremlin se justifica, afirmando que los aviones del régimen gubernamental bombardearon un gran depósito rebelde de armas tóxicas.

Así, de un lado, el ministro francés de Exteriores Jean-Marc Ayrault, consideró que «no hay duda» de que el régimen sirio es «responsable» del ataque químico. «Moscú reconoce que ha habido sobrevuelos y que son aviones sirios, que de hecho son rusos, los que dispararon misiles», agregó.

Sin embargo, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso alegó que la aviación leal a Al Assad bombardeó durante una hora un depósito de armas de los insurgentes que albergaba un taller para la producción de armas «tóxicas», sin dar más detalles.

Investigación

En este contexto, y en respuesta a la alarma internacional que ha causado esta acción militar, la Comisión de Investigación de las Naciones Unidas sobre Siria ha asegurado que ya investiga el supuesto ataque químico

En un comunicado, el organismo ha condenado el ataque, y ha resaltado que «los informes que sugieren que fue un ataque con armas químicas son extremadamente preocupantes».

«La comisión está investigando las circunstancias que rodean este ataque, incluyendo el presunto uso de armas químicas, así como los informes sobre un ataque contra una instalación médica en la que varios heridos estaban recibiendo tratamiento», añadió.

En este sentido, subrayó que «tanto el uso de armas químicas como el ataque deliberado contra instalaciones médicas equivaldrían a crímenes de guerra y violaciones graves del derecho humanitario».