El nuevo misil cuenta con combustible sólido y un alcance de 1.450 kilómetros. | Reuters

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Corea del Norte no es la única potencia militar que da muestra de sus avances en pleno aumento de la tensión internacional con las maniobras rusas relativamente cerca de la frontera con Ucrania. En las últimas horas Irán se ha apuntado un nuevo tanto propagandístico al anunciar que ha probado con éxito un nuevo misil. Este avance permitiría al régimen de Teherán atacar objetivos enemigos a 1.450 km. de distancia, algo que hipotéticamente pone en su rango distintas bases estadounidenses e israelíes.

Esa es la información disponible, citada de fuentes oficiales iraníes, al respecto del último proyecto balístico bajo el sello de la Guardia Revolucionaria que justamente ve la luz en mitad de las conversaciones para salvar el pacto nuclear de 2015. «El arma estratégica es un misil de largo alcance de tercera generación desarrollado por la Guardia Revolucionaria, propulsado por combustible sólido y con la capacidad de penetrar escudos contra misiles», informó la agencia de noticias Tasnim.

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El misil «Kheibar Shekan» (destructor de castillos) fue presentado en la base Aeroespacial de la Guardia Revolucionaria en presencia del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, el general Mohamad Hosein Baqerí. El anuncio llega en plenas celebraciones del 43 aniversario del triunfo de la Revolución Islámica el 11 de febrero de 1979, liderada por el ayatolá Ruholá Jomeiní.

Khamenei meets with Iranian air-force commanders ahead of 43rd anniversary of the Islamic Revolution
Según el sitio web oficial, Khamenei dijo que «si los enemigos intentan ser agresivos en muchos aspectos, como la economía, la política y la seguridad, debemos actuar de la misma manera contra ellos, no solo defendiéndonos». Foto: Reuters

Irán ha desarrollado durante las últimas cuatro décadas una industria nacional armamentística, debido al embargo internacional, con especial interés en los misiles. Los misiles balísticos iraníes son una fuente de preocupación para Estados Unidos, Europa y algunos países de Oriente Medio, aunque las autoridades de Teherán aseguran que solo tienen una función defensiva y disuasoria. De hecho, el programa balístico iraní fue una de las razones esgrimidas por el expresidente estadounidense Donald Trump para retirar en 2018 a su país del acuerdo nuclear multilateral de 2015 y volver a imponer sanciones a Teherán.

Irán negocia ahora con Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia, China, y Estados Unidos de forma indirecta, para salvar el pacto que limitaba el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de las sanciones. La octava ronda de esas negociaciones se reanudó en Viena el martes con el objetivo de que Washington se reincorpore al pacto y de que Teherán vuelva a cumplirlo plenamente. En los momentos actuales, en los que Rusia y China han dado un golpe de la mesa en pro de reconfigurar las relaciones internacionales, Irán busca obtener el mayor rédito posible a cambio de avanzar en la desnuclearización.