Fotograma del momento en que la policía carga contra el féretro y los que lo portan. | Twitter: @EmirNader

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Estados Unidos se ha mostrado «profundamente preocupado» al ver las imágenes de la Policía israelí «entrometiéndose» en el funeral de la periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, fallecida el miércoles por un disparo en la cabeza en la localidad cisjordana de Yenín. «Estamos profundamente preocupados al ver las imágenes de la Policía israelí entrometiéndose en su cortejo fúnebre hoy. Toda familia merece poder hacer descansar a sus seres queridos de manera digna y sin trabas», ha asegurado el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en un comunicado.

Además, ha detallado que el Departamento de Estado se encuentra en «estrecho contacto» con sus homólogos israelíes y palestinos, a quienes ha instado a «mantener la calma» y a evitar «cualquier acción» que pueda aumentar las tensiones entre ambos países. Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha calificado en rueda de prensa de «perturbadoras» las imágenes y ha indicado que «es un día que deberíamos marcar», ya que «una periodista extraordinaria perdió la vida». «(Son) inquietantes (las) imágenes de la procesión fúnebre en Jerusalén. Lamentamos la intrusión en lo que debería haber sido una procesión pacífica», ha subrayado, agregando que han hecho hincapié en que se respete a los dolientes y a la familia «en un momento tan delicado».

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«También estamos en estrecho contacto con las autoridades israelíes y palestinas, lo hemos estado y seguiremos estando, sobre todo teniendo en cuenta las imágenes que hemos visto hoy. Actualmente no estamos involucrados en ninguna de las investigaciones, pero estamos trabajando para tender un puente de cooperación y disponibles para proporcionar asistencia, según sea necesario», ha explicado.

Psaki también ha informado de que han contactado con la familia de la periodista a través de los funcionarios de Seguridad Nacional, aunque por el momento no se contempla ningún contacto presidencial, y ha precisado que «han estado comprometidos con ellos y les han ofrecido su apoyo». Durante la jornada de este viernes las fuerzas de seguridad israelíes han aporreado a los portadores del féretro con los restos mortales de la periodista nada más sacar el ataúd del Hospital Francés de San Luis, en Jerusalén, tan solo dos días después de morir de un disparo en la cabeza durante su cobertura.

Las imágenes captadas por la cadena Al Jazeera -para la que trabajaba la fallecida periodista- muestran cómo un grupo de agentes israelíes se aproxima a los portadores del féretro, a los que empiezan a agredir con porras hasta el punto de que el ataúd está a punto de caer al suelo. Fuentes israelíes han explicado a la cadena que los portadores incumplieron las condiciones para la celebración del funeral al intentar trasladar el ataúd a pie por la ciudad en lugar de los vehículos permitidos por las fuerzas de seguridad israelíes.