Manifestantes protestan en Londres por los derechos humanos de los refugiados.  | ANDY RAIN

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El Gobierno de Ruanda aseguró este martes que todo está preparado para la llegada de los primeros solicitantes de asilo que Reino Unido enviará al país en el marco de su nuevo y polémico plan en materia de migración, cuyo primer vuelo está previsto que despegue esta noche. El anuncio se hizo en una rueda de prensa de la oficina del portavoz del gobierno ruandés en la que se hizo hincapié en el compromiso del país africano con el controvertido acuerdo de inmigración entre el Reino Unido y Ruanda. "Hemos hecho preparativos de ocio para los migrantes en sus instalaciones, pero tenemos la intención de proporcionarles más en función de sus demandas", declaró Philippe Habinshuti, secretario permanente del Ministerio de Gestión de Emergencias y Catástrofes.

La portavoz del gobierno, Yolanda Makolo, dijo que las expectativas del país con respecto al acuerdo sobre migrantes con el Reino Unido no son financieras y tampoco pueden describirse como una inversión en capital humano. "Lo hemos hecho porque los migrantes africanos son en su mayoría jóvenes capaces de estudiar, trabajar y servir a nuestro continente", declaró Makolo. "Ruanda sigue comprometida con la asociación para la migración y el desarrollo económico con el Reino Unido, que, según dijo, es un 'programa innovador' que pretende hacer frente a la crisis migratoria mundial que causa un sufrimiento incalculable en tantas personas y que enriquece a los delincuentes", añadió. La portavoz también señaló que el país estaba dispuesto a acoger a miembros de la comunidad LGBTQ si se les reubicaba en el país.

"Nuestras leyes no discriminan. Somos una sociedad que ha sufrido mucho por la discriminación, por eso estamos firmemente en contra de cualquier forma de discriminación", aseguró. Se espera que el primer grupo de solicitantes de asilo, que serán siete u ocho personas, llegue a Ruanda a primera hora de la mañana del miércoles y se aloje en el albergue Hope, situado en Kigali, la capital ruandesa, y construido con la contribución de los ruandeses para acoger, en un principio, a los supervivientes del genocidio y a los huérfanos. Desde que se anunció el pasado abril, este acuerdo ha suscitado críticas de grupos de derechos humanos, figuras de la oposición de ambos países, así como de las Naciones Unidas.

La principal figura de la oposición ruandesa, Victoire Ingabire Umuhoza, ha declarado que el acuerdo para enviar a los solicitantes de asilo a Ruanda viola la Convención de Ginebra de 1951, cuyo principio fundamental es la no devolución a un país donde su libertad pueda estar gravemente amenazada. "El gobierno de Ruanda es conocido como un gobierno que no respeta los derechos humanos. Es inaudito que un país democrático como el Reino Unido no haya asumido su responsabilidad y haya decidido hacer recaer toda la carga sobre un país en desarrollo y no democrático como Ruanda", dijo Ingabire. Según Kigali, el gobierno británico aportará al ruandés hasta 120 millones de libras esterlinas (más de 138 millones de euros) y los migrantes serán "integrados en las comunidades de todo el país".