Imagen de la planta nuclear, bajo control de las autoridades rusas al sur de Ucrania. | Reuters

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El jefe de la compañía estatal de energía nuclear de Ucrania, Energoatom, ha solicitado en las últimas horas de este lunes que la planta de energía nuclear de Zaporiyia se convierta en una zona libre de combates y de la presencia militar tanto de las fuerzas ocupantes rusas como de las suyas propias, las ucranianas, que aspiran a retomar el control de la zona. En opinión de esta voz autorizada debería haber un equipo de fuerzas de paz presente en el lugar a través de una interlocución neutral como ya se ha ensayado, por ejemplo, con la exportación del grano ucraniano en aras de la seguridad alimentaria mundial.

Ciertamente, el grano es un recurso estratégico, y no lo es menos la energía nuclear. Si consideramos que Zaporiyia es la central nuclear más grande de Europa, y que en las últimas fechas se han producido combates y bombardeos en sus inmediaciones, no es de extrañar que se extremen las prevenciones para tratar de evitar un desastre nuclear que comportaría efectos de todo tipo e índole, no solo en Ucrania o Rusia, sino previsiblemente en todo el continente.

Pero la petición del dirigente ucraniano no es única en este contexto, en mitad de una guerra que amenaza seriamente la seguridad internacional. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha pedido este mismo lunes que los inspectores internacionales tengan acceso a la planta nuclear de Zaporiyia después de que Ucrania y Rusia intercambiaran acusaciones sobre el bombardeo del complejo atómico. «Cualquier ataque a una planta nuclear es algo suicida», dijo en una conferencia de prensa en Japón, donde asistió el sábado a la Ceremonia Conmemorativa de la Paz de Hiroshima para conmemorar el 77 aniversario del primer bombardeo atómico del mundo.

A pesar del bombardeo, el complejo del reactor nuclear opera en «modo normal», ha recogido la agencia de noticias Interfax citando a Yevgeniy Balitsky, el jefe de la administración local instalada por Moscú en territorio ocupado. Las fuerzas rusas capturaron la planta en el sureste de Ucrania a principios de marzo, poco después de que Rusia invadiera a su vecino por orden de su presidente, Vladímir Putin, el pasado 24 de febrero, pero aún permanece a cargo de técnicos ucranianos.

Ucrania culpó a Rusia por nuevos bombardeos en el área de la planta el sábado que dañaron tres sensores de radiación e hirieron a un trabajador. Fue el segundo impacto reportado en la planta en estos días tras los daños a una línea eléctrica. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en un discurso televisado el domingo, acusó a Rusia de ejercer un «terror nuclear» que justificaba más sanciones internacionales, esta vez contra el creciente sector de la energía nuclear de Moscú.

La autoridad instalada por Rusia en la región homónima dijo que las fuerzas ucranianas atacaron el sitio con un lanzacohetes múltiple, dañando edificios administrativos y un área de almacenamiento.
La embajada de Rusia en Washington detalló los daños y dijo que la artillería ucraniana dañó dos líneas eléctricas de alto voltaje y una tubería de agua, pero que la infraestructura crítica no se vio afectada. Ucrania ha dicho que planea llevar a cabo una gran contraofensiva en el sur ocupado por Rusia, aparentemente centrada en la ciudad de Jersón, al oeste de Zaporiyia, y que ya ha retomado decenas de aldeas.

El conflicto armado cerca de esta central nuclear con orígenes en la era soviética ha alarmado al mundo. Guterres dijo que la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) necesitaba acceso a la planta. «Apoyamos totalmente a la OIEA en todos sus esfuerzos en relación con la creación de las condiciones para la estabilización de la planta». Por su parte el director general de la OIEA, Rafael Mariano Grossi, advirtió el sábado que el último ataque «subraya el riesgo muy real de un desastre nuclear». En las últimas horas tanto Ucrania como Rusia se acusaron mutuamente de bombardear la planta de energía nuclear grande de Europa, ubicada al sur de Ucrania y actualmente bajo control de las fuerzas militares rusas.