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Italia va a las urnas el próximo domingo. Todo indica que el país vuelve a orientarse hacia la derecha. No ocurre desde 2011, cuando cayó el último Gobierno de Silvio Berlusconi. Las elecciones del domingo, dicen las encuestas, van a poner fin a una década de centro-izquierda y tecnocracia (la de Mario Draghi).

La diferencia respecto a 2011 es que la derecha llega con nuevos ímpetus. Tanto que el partido que parece va a ser el más votado es de extrema derecha, al menos en su fachada. Se trata de Fratelli d'Italia, con Giorgia Meloni al frente. La coalición de derechas, que los sondeos pronostican gobernará el país, la componen el partido de Meloni junto a la Liga Norte, de Matteo Salvini y Forza Italia, de Silvio Berlusconi.

Frente a ellos, el bloque de la izquierda confía (o eso dice) en un vuelco electoral. El Partido Democrático se postulaba como la opción con más apoyos en el espectro ideológico de la izquierda, pero las últimas encuestas señalan una ligera mejora del Movimiento 5 Estrellas, de Giuseppe Conte.

Estos son, en resumidas cuentas, los principales candidatos:

Giorgia Meloni (Fratelli d'Italia)

El Movimiento Social Italiano fue un partido neofascista creado tras la desaparición del dictador Benito Mussolini. Pues Fratelli d'Italia, una fuerza conservadora y nacionalista fundada en 2014, hunde sus raíces en aquel movimiento.

Dicho de otro modo, el partido tiene vínculos con el fascismo o al menos con la ultraderecha. No es casualidad que dos de los miembros importantes de Fratelli d'Italia sean descendientes directos del dictador fascista y hablan bien de él.

En una entrevista de 1996, Giorgia Meloni -con 19 años- dijo que Mussolini fue un "buen político" que "hizo todo lo que hizo por Italia". El partido y la candidata aseguran que de aquello ha pasado mucho tiempo. Pero Meloni estuvo este verano en España, en un mitin de VOX, arremetiendo contra los "lobbies" LGBTQ+ y la "violencia islamista."

"Tal vez no seamos esos monstruos que cuentan. Espero que el centroderecha italiano liderado por Fratelli d'Italia gane las elecciones y que esto pueda abrir el camino a algo similar también en España dentro de unos meses", le ha dicho Meloni a la Agencia EFE. Madre soltera de 45 años, fue periodista y ministra de Juventud en el cuarto Gobierno de Berlusconi.

La retórica de Meloni, del estilo de la extrema derecha, habla siempre de "Dios, patria y familia". Sin embargo, el programa del partido no hace ninguna alusión directa al fascismo, y ha suavizado el discurso (letra y música), cambiando las preocupaciones sociales por las económicas. Así, la prensa define a Fratelli d'Italia como partido posfascista.

Meloni es atlantista (por la OTAN) y era antieuropeista (contra la Unión Europea). Ahora, en plena campaña, mide su discurso contra los burócratas de Bruselas. "Me gustaría una Europa que hiciera menos cosas y las hiciera mejor, con menos centralismo y más subsidiaria, menos burocracia y más política. No estamos en absoluto contra Europa, sino por una Europa más eficaz", dice ahora.

Matteo Salvini (Lega Nord)

Si la derecha gana, él seguramente será el perdedor entre los vencedores. Y es que Matteo Salvini, que se ganó a pulso el papel de malo europeo, ascendió al poder en 2019 y estuvo en ese momento cerca de alcanzar el 40% de los votos. Hoy va muy por detrás de Meloni (24% de ella frente a un 12% de él, dicen los sondeos).

De 49 años, Salvini está radicalizando su discurso a la misma velocidad que Meloni lo edulcora y suaviza. Ella intenta ganar el voto del centro; él los votos más nacionalistas que Fratelli d'Italia pueda estar dejándose por el camino. A Salvini, que recibe mensajes de apoyo de la francesa Marine Le Pen, no le queda otra.

Votos en la derecha y en el Norte. La Liga Norte nació en la década de 1990, reclamando la independencia del próspero Norte de Italia. Pero ya en el nuevo siglo, en la década de 2010, Salvini la rebautizó como fuerza nacionalista. Tras ensalzar a Putin en el pasado, hoy -con la invasión de Ucrania- critica las sanciones contra Rusia porque provocan el aumento de los precios.

Para estas elecciones ha seguido hablando contra la inmigración y prometiendo detener la llegada de barcos del otro lado del Mediterráneo. Y lo hace empeñado en presentarse como un hombre del pueblo, rodeándose de imágenes religiosas en sus apariciones públicas. Además, ha recuperado cierto discurso sobre la autonomía lombarda. En uno de sus últimos mítines Salvini ha asegurado que se ocupará de lo que definió como "autonomía reforzada".

«Lo vemos todo igual Giorgia (Meloni), Silvio (Berlusconi) y yo. Gobernaremos durante cinco años. Nada de bromas, nada de cambio del programa, de cambio de chaqueta. Lo que hay en el programa es sagrado y lo llevaremos hasta sus últimas consecuencias", dijo en un mitin el pasado domingo.

Silvio Berlusconi (Forza Italia)

"Como pueden ver, estoy en plena forma", dice el incombustible y muy operado Silvio Berlusconi. Lo decía durante una entrevista en televisión. Una mosca se le había posado en la frente. La cazó y la mostró a las cámaras. Muestra fuerza y tino el más moderado de los tres líderes de la candidatura de la coalición de derechas.

Y el más sabio... por viejo. A sus 85 años (serán 86 el día 29 de este mes), Berlusconi presume de "belleza" y pide el voto femenino por guapo. Intenta así recuperar el protagonismo que tuvo. Y será difícil: las encuestas le dan el tercer mejor resultado, tras Meloni y Salvini. Pero será fundamental, porque sin sus diputados no habrá gobierno de derechas.

Tres veces primer ministro, Berlusconi sigue "jugando" al fútbol. Tras 29 títulos (5 Champions), ya no es presidente del Milan, pero a cambio ha comprado (por 3 millones de euros) el modesto Monza, al que ha subido de "tercera" a "primera".

Al millonario empresario se le investigó por su fortuna en paraísos fiscales y tal vez por ello hoy sigue llamando "comunistas" a jueces y fiscales. Así que Berlusconi, como Laura Pausini, no canta el Bella Ciao.

Enrico Letta (Partido Democrático)

El Partido Democrático está dirigido actualmente por Enrico Letta, profesor y ex primer ministro de Italia de 2013 a 2014. Los analistas aseguran que este partido de izquierdas no es la opción de la clase obrera, que -cuando vota- prefiere el Movimiento 5 Estrellas, sino de la pequeña burguesía, urbana y universitaria.

De 56 años, profesor universitario, político y politólogo, Letta es desde hace menos de dos años el líder del Partido Democrático. Y no lo tiene nada fácil. Ya no sólo porque las encuestas digan que va a ser la segunda fuerza más votada, tras los Fratelli d'Italia de Meloni, sino porque no tiene claros aliados si de formar un gobierno se tratase.

Moderado, proeuropeo y pro derechos del colectivo LGBTQ+, Letta está sin duda contra Putin y contra la invasión rusa. Teme el ascenso de Fratelli d'Italia, que considera puede desencadenar una marea autoritaria que dará "problemas" a Itaia, a Europa y a España. Según el profesor, los italianos van a elegir entre la Europa de Francia, Alemania y España, o la de Polonia y Hungría, que -según él- representan Meloni y Salvini.

"Es evidente que los próximos años, si vence la derecha, serán muy complicados para Europa, sobre todo porque pierde a Draghi, un punto de referencia, y más ahora que debe tomar decisiones muy importantes sobre instituciones, sanidad, política internacional, fondos europeos, el nuevo pacto de estabilidad y crecimiento, las políticas monetarias y las reglas fiscales", le ha dicho a EFE.

Giuseppe Conte (Movimiento 5 Estrellas)

El ex primer ministro Giuseppe Conte retiró su apoyo a la coalición de Mario Draghi y provoco así elecciones anticipadas, a sólo seis meses de haber cumplido la legislatura. Ahora, como líder del Movimiento 5 Estrellas, se vuelve a presentar como un independiente, intentando sobrepasar el eje izquierda-derecha.

El partido fue fundado en 2009 como una fuerza antisistema contra la corrupción. Lo hicieron el cómico Beppe Grillo y el empresario Gianroberto Casaleggio. Tras una mezcla de posturas sociales progresistas y conservadoras, hablaban de democracia digital y sostenibilidad medioambiental.

Pero cuando tocó gobernar y mancharse las manos, al Movimiento 5 Estrellas siempre se le ha acusado de populista o, peor aún, de ambiguo. Tanta heterogeneidad derivó en divisiones internas. Su anterior líder, Luigi di Maio, se marchó al centro-izquierda y hoy se calcula que el partido ha perdido más de la mitad del electorado que les apoyaba en 2018 (del 25 al 13%).

De 58 años, Conte fue dos veces jefe de Gobierno en alianzas con la Liga Norte y con el Partido Demócrata, y desde agosto de 2021 es presidente de los 5 Estrellas. "Creo que la agenda política del M5S es el punto más avanzado del progresismo italiano", asegura.

Conte parece haber asumido su nuevo papel, en la oposición. Dice que Meloni "no es idónea para gobernar" por sus vínculos con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, pero cuando se le pregunta por futuros posibles pactos ya aclara que "no hay posibilidad de diálogo" con el Partido Democrático.

Carlo Calenda y Matteo Renzi (Terzo Polo)

La última de las grandes fuerzas políticas en liza es el llamado Terzo Polo, una coalición centrista formada por partidos escindidos del PD -Acción (Azione) del exministro Carlo Calenda y la Italia Viva (IV) del exprimer ministro Matteo Renzi-. Los sondeos les anuncian un 7% de los votos.

Calenda y Renzi quieren atraer el voto moderado, tanto de centro-izquierda como de centro-derecha. Por eso, Terzo Polo pretende mantener unidos el liberalismo del centro-derecha y el reformismo democrático querido por el centro-izquierda. Se presentan con una plataforma económicamente liberal y proeuropea.