Trumpismo es libre interpretación de los hechos como más se ajusten a la propia conveniencia, a pesar de que la realidad sea tozuda y a veces impepinable. En ello Berlusconi ha sido y aparentemente sigue siendo todo un maestro. Si la semana empezó con un Berlusconi muy enfadado porque Meloni no haya tenido a sus siglas suficientemente en cuenta, terminó con el exabrupto de sus comentarios sobre una supuesta cercanía a Vladímir Putin. Amistades peligrosas en tiempos convulsos donde la guerra y sus efectos sociales y económicos todo lo dominan.
La conformación del nuevo gobierno que ha de dirigir a Italia hacia un nuevo tiempo próspero y certero se ha visto empañada en las últimas horas por la confesión de Berlusconi, quien reunido con miembros de su Forza Italia no escatimó en detalles sobre lo cercana que es su relación con Putin. Berlusconi, como aun está interesado en permanecer cerca del poder, ha tratado de matizar sus palabras defendiendo los valores europeos y de la OTAN. Los mismos valores que posibilitaron la victoria electoral de la líder de Hermanos de Italia, ahora en la difícil tesitura de mostrarse ante sus socios como un aliado confiable.
Si logra ser nombrada primera ministra Meloni dice que no tolerará medias tintas en este asunto. Si logra ser nombrada, claro, algo para lo que necesita el apoyo de quien una vez fuera su mentor, actualmente socio díscolo e incómodo. Matteo Salvini y su Liga quedan avisados. El nuevo Berlusconi se parece mucho al viejo Berlusconi. Precursor del trumpismo apenas sin quererlo, antes incluso de la propia irrupción de Donald Trump como figura política de referencia en determinados sectores. Los últimos hechos demuestran que Berlusconi es y será rockero hasta el final, hasta que el cuerpo o los italianos le aguanten.
2 comentarios
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Els dretans no necessiten moral per seguir votant als seus, és igual si roben, si són mafiosos.. tant allà com aquí i per tot
Berlusconi ha llenado el Milan AC de ligas y Champions cuando era su presidente y salía siempre elegido en el colegio de Milán. Ahora se ha comprado el Monza FC, lo ha devuelto a primera división y, como no, ha salido elegido en el colegio de Monza ciudad. Ciertas cosas no cambian nunca. Una es Berlusconi, la otra es la cabeza de quienes le votan..