Personal de emergencias en una localidad turca golpeada por el seísmo. | Reuters

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Bomberos valencianos desplazados a Turquía para ayudar en las labores de rescate tras el terremoto que ha asolado la zona aseguran que «el nivel de destrucción es inmenso» y que la situación es «un poco caótica», si bien su labor se centra en labores de triaje, con el objetivo de localizar a personas con vida. Así lo ha explicado en conversación telefónica con EFE desde Adiyaman, al sudeste de Turquía, Ramón Pérez, jefe de la Unidad de Rescate en Emergencias y Catástrofes (UREC) del Consorcio Provincial de Bombers de València, cuyos integrantes trabajan en la zona junto a la ONG valenciana Intervención, Ayuda y Emergencias (IAE).

«Hay multitud de edificios que han colapsado totalmente», asegura Pérez, quien explica que en todas partes hay gente que les requiere para que intenten localizar a sus familiares entre los escombros, y ya han llevado a cabo cuatro o cinco valoraciones de este tipo. Según explica, hay «mucha demanda» de equipos de rescate: «En cualquier calle por la que vas hay multitud de edificios derruidos y personas que nos piden que paremos porque tienen a familiares allí, aunque en casi todos los casos que hemos comprobado no dan señales de vida».

El responsable de la UREC explica que, como su principal objetivo es rescatar a personas con vida, se tienen que centrar en estas horas que son «vitales», pues han transcurrido ya unas 70 horas desde que se produjo el terremoto y conforme avanza el tiempo van disminuyendo las posibilidades, aunque «la esperanza está ahí». Este miércoles por la mañana están trabajando en un residencial de viviendas de cuatro bloques, de los que han colapsado dos bloques de tres alturas y donde les aseguran que «hay personas con vida», por lo que van a hacer una valoración y ver si encuentran signos vitales para organizar un rescate.

En total, este dispositivo lo conforman 27 personas (15 de la UREC y 12 de la ONG de Algemesí), que se han desplazado desde la Comunitat Valenciana a esta zona de la frontera con Siria, una de las más afectadas por el terremoto, en «un binomio que permite multiplicar» sus capacidades, señala este bombero. Así, cuentan con equipos de detección sismológica, localización de personas sepultadas con perros y con equipos electrónicos, personal rescatista con maquinaria, o personal sanitario con el que poder atender a las víctimas.

La intención es permanecer en esta ciudad cercana al epicentro del terremoto hasta el domingo, aunque todo dependerá de cómo evolucionen los trabajos, si bien esperan «tener suerte» y poder sacar a alguna persona con vida entre los escombros. Pérez ha señalado que esta es la primera emergencia internacional en la que participa la UREC, aunque sus integrantes acumulan años de experiencia en esta especialidad de los bomberos y han trabajado en derrumbes locales, como el de Peñíscola (Castellón) de 2021, en el que se rescató a dos personas sepultadas.

El apunte

La UME trabaja en Islahiye

Los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) desplegados en Turquía continúan este miércoles con los reconocimientos y los trabajos de búsqueda y rescate en la zona que les ha sido asignada tras el terremoto sufrido este lunes. Un total de 55 miembros de la UME, acompañados de cinco perros expertos en búsqueda y rescate, viajaron el mismo lunes a Turquía para ayudar al país tras el seísmo que provocó la caída de miles de edificios y miles de víctimas mortales, además de desaparecidos.

Tras lograr acceder a la zona afectada, la Unidad Militar de Emergencias recibió el encargo de liderar las labores de emergencia en Islahiye, una ciudad de 60.000 habitantes en la que la mitad de su población está desaparecida, según apuntó la ministra de Defensa, Margarita Robles.