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Justo cuando se cumple un año del inicio de la invasión rusa de Ucrania las tropas de Vladimir Putin mantienen varios frentes abiertos en el este, pero en todos ellos se están encontrando con una importante resistencia ucraniana. Así, desde hace semanas parece que las fuerzas de Moscú han dejado de avanzar, mientras el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, celebra que la ofensiva de Rusia esté perdiendo fuerza.

De esta forma, en el intento de avance ruso hay un 'tope' en tres puntos clave como son Zaporiyia, Lugansk y Bajmut. En el último caso se trata de una zona que hace algunas semanas el Kremlin ya daba por ganada, en el marco de unos pasos previos a una ofensiva mayor que para la OTAN y para Kiev ya ha comenzado hace días. Pero Rusia no está pudiendo hacerse con el control total de estos enclaves, y la ambición de las fuerzas ucranianas es incluso recuperar terreno.

Pasa algo similar tanto en Ugledar como en Donetsk. A lo largo del mes de febrero, de hecho, las tropas de Putin no han sido capaces de abrir nuevos frentes con el avanzar de los días. Al mismo tiempo, Ucrania espera la llegada de los carros de combate prometidos por Occidente y de más armamento para contragolpear y, quién sabe, poder recuperar la iniciativa del conflicto que ya tuvo a finales del año pasado.

Así se ve la situación actual del conflicto, según el mapa de Descifrando la Guerra:

En ese contexto, el Gobierno de Ucrania ha reclamado este viernes a sus socios "redoblar su apoyo" para "acelerar la victoria ucraniana" ante la invasión rusa, y "consolidar los esfuerzos" en torno a la propuesta de paz de Zelenski. "Ucrania seguirá avanzando hacia su victoria frente a la agresión rusa y la adhesión total a la Unión Europea y la OTAN", ha dicho el Ministerio de Exteriores ucraniano, que ha denunciado las "ambiciones neoimperialistas" de Rusia y ha afirmado que la invasión se ha convertido "en la mayor guerra convencional en Europa desde la Segunda Guerra Mundial".

Así, ha señalado en un comunicado que "el único motivo para la agresión no provocada de Rusia fue su ambición neoimperialista y el expansionismo de la cúpula rusa, en el marco de sus esfuerzos para revivir el 'Imperio ruso' arrebatando tierras a los países vecinos".