Imagen de Putin el pasado Día de la Victoria. | Reuters - SPUTNIK

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El supuesto ataque con drones de madrugada contra el Kremlin, del que Moscú responsabiliza al mismo presidente ucraniano Volodímir Zelenski instrumentalizado por Estados Unidos, agrega más tensión al conflicto. Lejos de aclararse las informaciones sobre lo sucedido en plena capital moscovita, el gobierno ruso deja entrever que no solo habrá palabras. Este viernes el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha advertido que su país responderá con «acciones concretas».

«Vamos a responder no con comentarios de si es o no un 'casus belli'. Responderemos con acciones concretas», dijo el jefe de la diplomacia rusa en una rueda de prensa en Goa (India), donde asiste a una reunión de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Según su postura, el ataque ucraniano del miércoles con drones contra el Kremlin fue un «acto hostil», y «es evidente que sin el conocimiento de sus amos (Kiev) no podría haberlo perpetrado».

De nuevo y públicamente, Moscú acusa al presidente Zelenski de ser un instrumento de Estados Unidos y sus aliados, y podrían intensificarse los intentos por acabar con la vida del líder ucraniano, según algunos medios internacionales. De hecho se han redoblado los bombardeos sobre Kiev y otras capitales tras la noticia del ataque en Moscú. Asimismo, ante la situación de los combates en Donetsk, Lavrov ha remarcado que el conflicto en Ucrania no puede ser resuelto solo mediante la congelación de la situación en el frente del Donbás. «Todos comprenden el carácter geopolítico de lo que ocurre», ha afirmado, y a su vez lo enmarcó en el afán de Occidente de mantener su hegemonía, y «dictar a todos su voluntad».

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Existe una cierta nebulosa informativa con respecto a lo sucedido el pasado miércoles de madrugada en el Kremlin, cuando algunos drones detonaron en el complejo oficial, en pleno centro de Moscú. Ha levantado suspicacias la distancia de la capital rusa de la frontera ucraniana, de modo que los aparatos debieron ser operados desde un entorno relativamente cercano al Kremlin. El hecho de haberse producido en horas en las que apenas existe actividad hace pensar a algunos, incluso, en un ataque de falsa bandera para justificar futuras decisiones por parte de Vladímir Putin.

Todo ello a las puertas de un nuevo 9 de mayo, donde se espera un discurso simbólico y relevante por parte de Putin, en el marco de la celebración del Día de la Victoria. Este viernes se ha producido un nuevo ataque contra una refinería del sur de Rusia, el segundo en esta ubicación en las últimas horas. Algunos analistas militares ven estos ataques ucranianos como un posible preparativo necesario, previo a la contraofensiva que planea Kiev para retomar el control de amplias zonas conquistadas por las fuerzas rusas, en muchos casos desde el principio de la invasión, decretada por Vladímir Putin el 24 de febrero de 2022.

En los últimos días se han declarado incendios en depósitos de combustibles y ataques a líneas férreas en regiones rusas vecinas de Ucrania, que analistas militares consideran como posibles preparativos de la contraofensiva. El miércoles también se registró un incendio provocado por el impacto de un dron en un depósito de combustible en la localidad de Volná, a poco más de 10 kilómetros del lugar donde comienza el puente que une Rusia con la anexionada península de Crimea.