Imagen de la región de Donetsk. | Reuters

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Rusia aseguró este lunes haber repelido una «gran ofensiva» enemiga en la región de Donetsk, una información que Kiev calificó de propaganda destinada a desmoralizar al pueblo ucraniano, mientras la región rusa de Bélgorod, convertida en parte del frente de batalla, sigue bajo el fuego enemigo. «El enemigo lanzó una ofensiva a gran escala en cinco sectores del frente en el sur de Donetsk», informó el Ministerio de Defensa ruso, según el cual en el asalto participaron seis batallones motorizados y dos de tanques.

«El objetivo del enemigo era romper nuestras líneas defensivas en la parte más vulnerable del frente», pero las fuerzas ucranianas «no consiguieron su propósito» y perdieron más de 250 hombres y 16 tanques, además de blindados, indicó. El Ministerio señaló que el ataque comenzó este domingo y en la mañana del 5 de junio el enemigo «fue expulsado a sus posiciones iniciales», pero no ha cejado en su empeño y «llevó a cabo nuevos intentos de ataques en el sur de Donetsk con tres batallones tácticos».

«La ofensiva del enemigo es contenida exitosamente por las acciones de las unidades, el fuego de la artillería y los ataques de la aviación del grupo militar Vostok (Este)», indicó. Por su parte, las autoridades impuestas por Rusia en la región de Zaporiyia (sur) constataron un incremento de las hostilidades en ese sector del frente. «Por la mañana las Fuerzas Armadas de Ucrania lanzaron sobre nosotros un ataque más potente que la víspera (...) La situación es alarmante», escribió el presidente del movimiento «Juntos con Rusia» en Zaporiyia, Vladímir Rogov, que vinculó esta ofensiva al propósito de Kiev de partir en dos el corredor terrestre entre Rusia y Crimea.

Kiev niega la contraofensiva

Sin embargo, Ucrania desmintió que se trate de la esperada contraofensiva y acusó a Rusia de llevar a cabo «operaciones informativas psicológicas» para que cunda una sensación de fracaso en sus filas. «Planean intensificar la difusión de información no fiable sobre las operaciones de combate del Ejército de Ucrania», para lo cual utilizan «vídeos viejos y fotos trucadas que muestran vehículos dañados, (soldados) muertos y capturados», afirmó el Centro de Comunicación Estratégica de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, el estadounidense Instituto de Estudios de la Guerra (ISW) constató avances «limitados» ucranianos «en la parte occidental de Donetsk y el este de Zaporiyia» tras analizar la geolocalización de vídeos ubicados al nordeste de Rivnopil, más de cien kilómetros al este de la capital regional.

Intesos ataques

Sin embargo, la intensidad de los combates también se ha desplazado a la región de Bélgorod, fronteriza con Ucrania, donde grupos paramilitares de rusos que combaten en el bando ucraniano continúan llevando a cabo periódicas incursiones en territorio ruso con el apoyo de la artillería ucraniana. El gobernador de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, denunció hoy bombardeos masivos sobre las localidades fronterizas, especialmente el distrito de Shebékino, contra el cual el Ejército ucraniano habría disparado 611 proyectiles. «Los terroristas ucranianos querían forzar el río (Siverski Donets) cerca de Nóvaya Talvozhanka, pero nuestros militares les detuvieron», informó. La capital regional, Bélgorod, también sufrió daños después de que la defensa antiaérea rusa derribase un proyectil cerca de la ciudad, añadió.

Ofrecen sus servicios

Ante el evidente deterioro de la situación en Bélgorod, el líder checheno, Ramzán Kadírov, propuso hoy el envío de sus tropas a la zona. «Los destacamentos chechenos podrían encargarse de los terroristas que penetran en la región de Bélgorod», dijo en su canal de Telegram, al señalar que para hacer frente a esta amenaza no solo se necesita «experiencia militar, sino también antiterrorista». Por su parte, el jefe de Wagner, Yevgueni Prigozhin, aseguró que había recibido mensajes de vecinos de Bélgorod pidiéndole ayuda para defender los 540 kilómetros de frontera con Ucrania. «Aparte de usted, no hay nadie que lo pueda hacer», decía una de las misivas. El ISW constató que «las respuestas rusas disonantes y los informes sobre la incursión limitada en la región de Bélgorod sugieren que los líderes rusos aún no han decidido cómo reaccionar» ante esta grave situación.