António Guterres, secretario general de la ONU. | Efe

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Este lunes la ONU ha anunciado la aprobación del «histórico» Tratado de la Biodiversidad Más Allá de la Jurisdicción Nacional, más conocido como Tratado de Alta Mar, un acuerdo para preservar y garantizar un uso sostenible de dos tercios de los océanos. «Habéis insuflado nueva vida y esperanza para que los océanos tengan una oportunidad de luchar», ha destacado el secretario general de la ONU, António Guterres, que considera el pacto «una prueba de la fuerza del multilateralismo. Al actuar frente a amenazas a nuestro planetas más allá de las fronteras estáis demostrando que las amenazan globales merecen una acción global y que los países pueden unirse por el bien común», ha argumentado. El acuerdo estará abierto a adhesiones durante dos años a partir del próximo 20 de septiembre y entrará en vigor en cuanto haya sido ratificado por 60 países.

Este acuerdo se basa en la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar, pero refuerza notablemente el marco legal para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina, destaca la ONU. Aporta así un marco para la cooperación entre los países y otros actores que será «crucial» para lograr los objetivos de la Agenda 2030 para un desarrollo sostenible y el Marco de Biodiversidad Global Kunming-Montreal. El pacto incluye cuatro puntos clave. El primero aspira a «un reparto justo y equitativo de los beneficios de las actividades relacoinadas con los recursos genéticos marinos (...) en beneficio de toda la Humanidad».

Además prevé la creación de zonas protegidas para preservar hábitats vitales, especies protegidas y fondos marinos o la necesidad de evaluar el impacto de actividades económicas. También prevé un marco legal internacional para evaluar el impacto de actividades en alta mar y sus consecuencias para el cambio climático, la acidificación de los océanos y otros impactos.

Por último, facilitará la cooperación y la transferencia de tecnología marina para ayudar a las partes firmantes, en particular a los países en vías de desarrollo, para que se cumplan los objetivos del acuerdo y «nivelar así el campo de juego» para un uso responsable de alta mar. El acuerdo recoge también una base para financiar las medidas previstas y un mecanismo para resolver disputas. Asimismo crea una Conferencia de las Partes, un Organismo Científico y Técnico y otras instancias.