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El futuro político y social de Níger empieza y termina este domingo. La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) lanzó el pasado miércoles un ultimátum a la junta golpista en Níger para que devolvieran el poder a Mohamed Bazoum, el presidente depuesto a finales de julio. La respuesta de los golpistas fue rotunda. Se niegan a cumplir lo que le exige la Cedeao, pese a que cuatro de los 15 países que conforman el grupo —Senegal, Costa de Marfil, Nigeria y Benín— están dispuestos a levantarse en armas contra los golpistas de Níger que, por su parte, están apoyados por Malí y Burkina Faso.

"Una intervención militar es motivo para un conflicto armado y los golpistas cuentan con el apoyo parcial de la población". La reflexión, compartida a 20minutos por Frédéric Mertens —experto en Relaciones Internacionales y profesor de la Universidad Europea— revela uno de los grandes miedos a los que se enfrenta la comunidad internacional tras el golpe de Estado en Níger: que el país entre en guerra civil.

A finales del mes pasado, un grupo de militares derrocó al presidente del país, Mohamed Bazoum, que ganó las elecciones celebradas en febrero de 2021 al frente del Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo. Los miembros de la guardia presidencial retuvieron al mandatario dentro del palacio presidencial, cerraron las fronteras y nombraron jefe de Estado al general Abdourahmane Tiani.

El problema va mucho más allá de un conflicto entre civiles de una nación empobrecida. Están en juego los intereses de las grandes potencias, como China o Rusia. "Esta guerra habría que ubicarla en Occidente", señala Mertens. La Unión Europea y Estados Unidos están preocupados por la situación de Níger, su gran aliado dentro del cinturón que se extiende desde el Océano Atlántico y el Mar Rojo, una zona plagada de yihadistas y regímenes militares.

No solo entran en juego los intereses económicos, sino los geopolíticos contra Occidente. "El Grupo Wagner es el brazo ejecutante de Putin" que trata de "debilitar la presencia e influencia occidental" en el continente africano, tal y como explica Mertens. "Dos países —Malí y Burkina Faso— también han sido sacudidos por guerras civiles y ahí estaban las tropas de Wagner".

De momento, en previsión de lo que pueda deparar la situación en Níger, un avión A330 del Ejército del Aire aterrizó este pasado viernes con decenas de españoles evacuados del país africano. Una evacuación que se suma a las que antes efectuaron Francia y Alemania para repatriar a su gente. Los galos sacaron del país a 1.079 personas, la mayoría de ellos franceses.

Un conflicto en Níger podría generar tensiones entre las potencias que están actuando en el continente africano. "Entre ellos no va a haber ningún tipo de guerra", sobre todo porque "Rusia no tiene los recursos para mantenerse en un conflicto armado" en otro lugar, pero sí podrían entrar otros países. "Si un soldado francés muere por culpa de un nigerino, no creo que Macron tenga problemas para intervenir o hacer una operación militar para proteger sus tropas", ha puntualizado el experto.

¿Se puede repetir un episodio similar a la guerra de Vietnam? "Los estadounidenses estaban en aquel conflicto implicados de forma directa, pero por detrás estaban los soviéticos y los chinos suministrando armas a los vietnamitas", explica Mertens. Estados Unidos se ha mostrado estos días partidario de "presionar" a los golpistas, pero no aclaró si apoyará una intervención militar para restaurar "el orden constitucional en el país", apuntó este viernes el secretario de Estado, Antony Blinken.

Lo que parece claro es que la mano de Putin estaría detrás de este movimiento en un país rico en recursos naturales. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán reveló este viernes que sus servicios de inteligencia detectan una "creciente propaganda pro-rusa" y "una campaña de desinformación" desde el golpe de Estado.

"Rusia, en caso de que Occidente se debilite, quiere apoyos en África", comenta Mertens. Podría compararse con un puzle: "Si muevo una pieza en Ucrania, hay que mover otra en Níger o donde sea". La clave está ahora en esperar a cuáles serán los próximos pasos. "Si Putin no ha asesinado al presidente todavía es porque lo necesita", asegura. "Quizás lo ha dejado con vida a cambio de que haga el trabajo sucio en el continente".