Agentes de policía cerca del edificio dañado en la zona financiera de Moscú tras caer un dron ucraniano. | YURI KOCHETKOV

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Los bombardeos lanzados por Rusia en el último mes sobre zonas portuarias de Ucrania han provocado la destrucción de 270.000 toneladas de cereales, según el Gobierno ucraniano, que ha denunciado una intensificación de estos ataques tras la ruptura a mediados de julio del acuerdo que permitía la exportación de grano a través del mar Negro. Un objetivo recurrente de esta ofensiva es el puerto de Izmail, situado a orillas del río Danubio y atacado este mismo miércoles de madrugada por drones kamizaze ruso, según el gobernador de la región de Odesa, Oleh Kiper. El ataque ha derivado en un aparatoso incendio que se ha extendido por una superficie de unos 700 metros cuadrados.

El ministro de Infraestructura de Ucrania, Oleksandr Kubrakov, ha cifrado en 13.000 las toneladas de grano destruidas en Izmail, lamentando en su cuenta de Facebook esta escalada de operaciones. Los bombardeos, ha añadido, son en realidad «ataques contra países africanos y asiáticos», destino prioritario de la mercancía. Las autoridades rusas, entretanto, justifican estas operaciones alegando que Ucrania oculta intereses de tipo militar en las áreas porturarias, pese a que al mismo tiempo no descarta volver a la mesa de negociaciones para retomar el acuerdo de exportación. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó que Moscú está dispuesto a retomar dicho pacto si se cumplen las «obligaciones» también hacia el lado ruso. La ONU y Turquía han intentado en vano en las últimas semanas mediar entre las dos partes.

Ucrania ataca el corazón financiero de Moscú

Por su parte, el ejército ucraniano atacó por tercera vez este miércoles con drones el corazón financiero de Moscú. «La defensa antiaérea frustró otro intento del régimen de Kiev de realizar un ataque terrorista con tres aparatos no tripulados de ala fija contra la ciudad de Moscú», informó este miércoles el Ministerio de Defensa ruso, según el cual dos drones fueron derribados en las afueras de la capital. El tercero, según Defensa, fue «interceptado por medios de lucha radioelectrónica, perdió el control y colisionó contra un edificio en construcción del complejo Moscow City». Según el alcalde, Serguéi Sobianin, a consecuencia del impacto «se rompieron varias ventanas en dos edificios de cinco plantas cercanos. No hay heridos». Sin embargo, la región fronteriza de Bélgorod sufrió peor suerte: al menos tres personas murieron después de que un dron ucraniano lanzase una granada en un sanatorio de la localidad de Lavi, en el distrito de Valuisk, a 22 kilómetros de la frontera con Ucrania, según el gobernador local, Viacheslav Gladkov. «Las Fuerzas Armadas de Ucrania lanzaron un artefacto explosivo desde un dron contra gente que estaba en la calle. Dos hombres murieron en el acto a consecuencia de las heridas recibidas. Los médicos lucharon por la vida del tercero, pero las lesiones eran incompatibles con la vida», escribió en Telegram.