Las autoridades iraníes han cerrado la zona del doble ataque para facilitar las tareas de rescate y la investigación de la escena del crimen. | WANA NEWS AGENCY

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Más de un centenar de personas han muerto en un doble atentado perpetrado este miércoles cerca del cementerio en la provincia de Kermán (sur) en el que está enterrado Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria muerto en un bombardeo ejecutado por Estados Unidos en enero de 2020 en la capital de Irak, Bagdad. El Departamento de Emergencias de Kermán ha indicado que hasta el momento se han confirmado 103 muertos y 188 heridos, si bien se teme que la cifra de víctimas pueda aumentar en las próximas horas, según ha recogido la agencia iraní de noticias IRNA.

La primera de las explosiones ha tenido lugar a unos 700 metros de la tumba de Soleimani, situada en el Jardín de los Mártires, mientras que la segunda ha tenido lugar minutos después en una zona cercana durante un acto por el cuarto aniversario de la muerte de Soleimani, fallecido el 3 de enero de 2020 a causa del citado ataque estadounidense. Fuentes citadas por la agencia iraní de noticias Tasnim han apuntado que los explosivos habían sido colocados en varias bolsas dejadas en la zona, tras lo que fueron activados por control remoto, si bien por el momento ningún grupo se ha atribuido la autoría del doble atentado, que ha llevado al Gobierno a declarar este jueves, 4 de enero, como día de luto nacional.

El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, ha expresado sus condolencias por el alto número de víctimas y ha prometido erradicar el terrorismo y la violencia, en un mensaje en el que ha advertido de que las autoridades identificarán a los responsables de este «acto atroz» para castigarlos. «Los enemigos deberían saber que estas acciones nunca modificarán la determinación de Irán para defender los ideales islámicos», ha proclamado, en un mensaje recogido por prensa oficial. El ministro del Interior, Ahmad Vahidi, también ha prometido que el Gobierno responderá de forma contundente y pronto a este doble atentado, en una primera reacción en la que, al igual que Raisi, no ha señalado a ningún culpable. Sí ha confirmado que ya se investigan las causa de las explosiones y ha instado a la ciudadanía a no difundir rumores. Las autoridades iraníes han cerrado la zona del doble ataque para facilitar las tareas de rescate y la investigación de la escena del crimen. Así, las fuerzas de seguridad iraníes han reforzado su presencia en la zona de las explosiones, a donde se han dirigido también numerosas ambulancias para atender a las víctimas y trasladar a los heridos a hospitales de la ciudad.

Concentración multitudinaria

Miles de personas se habían concentrado en la ciudad para rendir homenaje a Soleimani, una de las víctimas de un ataque con drones perpetrado por Estados Unidos. Entre los muertos estuvo también Abú Mahdi al Muhandis, entonces 'número dos' de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) --una coalición de milicias progubernamentales iraquíes apoyadas por Irán--. Un tribunal iraní condenó el 6 de diciembre al Gobierno de Estados Unidos y a otras instituciones e individuos del país norteamericano a pagar unos 50.000 millones de dólares (más de 46.000 millones de euros) por la muerte de Soleimani, tras emitir decenas de órdenes de arresto contra altos cargos estadounidenses, incluido el expresidente Donald Trump.

El suceso en Kermán tiene lugar además tras la muerte el 25 de diciembre de Razi Musavi, un alto cargo de la Guardia Revolucionaria de Irán, en un bombardeo llevado a cabo por Israel contra la capital de Siria, Damasco, en pleno repunte de las tensiones en la región por el conflicto desatado tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás). Musavi era una figura clave en la coordinación militar entre Irán y Siria y, según Teherán, cumplía labores de asesoría en esta materia en Damasco. La misión fue lanzada en 2014 y estuvo encabezada en su momento por Soleimani, en lo que las autoridades iraníes describieron como una operación para hacer frente al grupo yihadista Estado Islámico en Irak y Siria.