Las zapatillas de Trump.

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Un comerciante de relojes de lujo y admirador de Donald Trump está orgulloso tras haber pagado 9.000 dólares (unos 8.319 euros) por unas zapatillas doradas de la línea del exmandatario y el único par que fue firmado por el más opcionado aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos.

Roman Sharf, fundador y director ejecutivo de la compañía Luxury Bazar y coleccionista, adquirió el par de zapatillas de corte alto de la línea «Never Surrender» (No te rindas) tras ofrecer 9.000 dólares esta semana en una subasta, en el marco de la Sneaker Con en Filadelfia, en Pensilvania.

Trump acudió al evento para promocionar sus zapatillas y lanzar las primeras de la colección en dorado, a un costo de 399 dólares. Fue una edición limitada de 1.000 pares que se agotaron de inmediato.

Tras adquirir las zapatillas, que tienen una especie de bandera estadounidense sobre el tobillo, compuesta por líneas rojas y negras, un cuadro azul lleno de brillantes estrellas y rayas y la T a cada lado, lo publicó con orgullo en sus redes sociales, donde tiene cientos de miles de admiradores, según The New York Times.

Para su sorpresa, recibió una invitación de Trump para comer juntos en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, la que aceptó y acudió al almuerzo con su hijo Marcu Sharf, de 20 años.

De acuerdo con Sharf, ese encuentro «fue como hablar con amigos».

«Fue una conversación normal, sin agenda», indicó, pero ese encuentro con Trump no fue del agrado de sus seguidores en las redes, que le advirtieron cancelarían su suscripción.

Parte de la ira en línea fue provocada por un artículo en The Daily Mail sobre la compra de zapatillas deportivas de Sharf que lo describía como un «oligarca ruso» propenso a la «manía MAGA», pero según dijo el empresario a The New York Times, es ucraniano y llegó a este país cuando tenía 13 años junto a su familia, en momentos en que su país se convirtió en una nación independiente.

Sobre las críticas, aseguró al diario que no le molestan. «Estoy en las redes sociales. Estoy acostumbrado a los que odian», afirmó.

Destacó que su negocio es atender a personas con dinero, que muchas son republicanos que estaban felices de verlo profesar su lealtad a Trump.