Desplazados por la guerra en Sudán. | Reuters

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El número de desplazados a causa de la guerra desatada en abril de 2023 entre el Ejército de Sudán y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) roza ya la barrera de los diez millones, según ha alertado este jueves la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en el que es la peor crisis de desplazamiento interno del mundo.

La Matriz de Seguimiento del Desplazamiento (DTM) del organismo refleja que 9,9 millones de personas se encuentran desplazadas en 18 estados del país, cifra que incluye 7,1 millones de desplazados desde el estallido del conflicto y 2,8 millones que ya lo estaban previamente. Más de la mitad de estas personas son mujeres y más de una cuarta parte son niños de menos de cinco años. «Imaginen una ciudad de la ciudad de Londres siendo desplazada. Es a lo que se parece, pero pasa con la amenaza constante del fuego cruzado, hambruna, enfermedades y una brutal violencia étnica y de género», ha dicho la directora general de la OIM, Amy Pope, quien ha señalado que las necesidades humanitarias en el país «son masivas, graves e inmediatas».

Así, ha lamentado que «sólo un 19 por ciento de los fondos solicitados han sido entregados», por lo que ha recalcado que «son necesarios esfuerzos internacionales unificados para evitar una hambruna» en el país, del que además han huido más de dos millones de personas hacia Chad, Egipto y Sudán del Sur. El conflicto en el país, en el que viven cerca de 50 millones de personas, tiene su epicentro durante las últimas semanas en la ciudad de Al Fasher, capital de Darfur Norte, donde cerca de 800.000 civiles permanecen atrapados en medio de los intensos enfrentamientos entre el Ejército y las RSF, que impusieron un cerco a la ciudad.

El director de la OIM para Oriente Próximo y Norte de África, Ozman Belbeisi, ha subrayado que «carreteras cruciales que salen de Al Fasher se encuentran bloqueadas, lo que impide que los civiles lleguen a zonas más seguras y limita la cantidad de comida y otra ayuda humanitaria que entra en la ciudad». «Nos unimos a Naciones Unidas a la hora de pedir un fin inmediato de los combates y garantías para un acceso humanitario seguro, sostenido y sin restricciones a través de las fronteras y de las líneas de frente», ha dicho Belbeisi, quien ha alertado de que «millones de vidas dependen de ello», según un comunicado publicado por la OIM.

Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha anunciado la expansión de su ayuda alimentaria de emergencia en Sudán ante la amenaza de una hambruna y la intensificación de los combates en El Fasher y la capital, Jartum, con el objetivo de dar apoyo a otros cinco millones de personas antes de que finalice el año, cifra que duplica los planes presentados al inicio de 2024. «Sudán está sumido en una situación de hambre y desnutrición generalizadas. El PMA continúa ampliando su asistencia alimentaria y nutricional para llegar a millones de personas más que viven los horrores diarios de la guerra», ha dicho el director del organismo para África oriental, Michael Dunford, quien ha incidido en que «la situación ya es catastrófica y tiene el potencial de empeorar aún más, a menos que el apoyo llegue a todos los afectados por el conflicto».

De esta forma, el PMA dará apoyo con dinero en efectivo a 1,2 millones de personas en doce estados e incrementará la comida y dinero que entrega a las personas que se encuentran en los niveles más graves de hambre, lo que afecta a más de dos millones de personas en el país africano. «La situación en Sudán no está tan olvidada como abandonada. Ya es la mayor crisis de desplazamiento del mundo y tiene el potencial de convertirse en la mayor crisis de hambre del mundo», ha recordado Dunford. «Mientras los líderes mundiales se concentran en otra parte, no se recibe la atención y el apoyo necesarios para evitar un escenario de pesadilla para el pueblo de Sudán».

«El mundo no puede afirmar que no sabe cuán grave es la situación en Sudán o que no sabe que se necesitan medidas urgentes», ha lamentado. De esta forma, el organismo ha asegurado que trabaja constantemente para ampliar el acceso y abrir nuevos corredores humanitarios para que los suministros de alimentos lleguen a las comunidades en todas partes del país, también a través de las líneas de frente y las fronteras con Chad, Egipto y Sudán del Sur. En este contexto, los Comités de Resistencia Civil de la localidad de Uad al Nura, en el estado de Gezira, al sur de la capital, Jartum, han acusado a las RSF de matar a cerca de un centenar de personas durante un asalto contra la ciudad, sin que el grupo paramilitar o el Ejército sudanés se hayan pronunciado por ahora.

El organismo ha publicado un vídeo mostrando el entierro de decenas de víctimas en una plaza de la ciudad y han trasladado al portal sudanés de noticias Sudan Tribune que «Uad al Nura ha presenciado un genocidio después de que la milicia de las RSF llevara a cabo dos ataques y matara a unas cien personas». Así, ha descrito lo ocurrido como «una masacre» en la ciudad, que ha registrado un éxodo de civiles hacia Al Manaqil, situada en los alrededores. La ciudad está cerca de la frontera con el estado de Nilo Blanco y sus cercanías han sido escenario de la movilización de fuerzas por parte del Ejército y las RSF durante las últimas semanas.

El Consejo Soberano de Transición, encabezado por el jefe del Ejército, Abdelfatá al Burhan, ha condenado los «atroces crímenes» cometidos por las RSF en Uad al Nura, a las que ha acusado de cometer «una masacre de civiles indefensos», y ha pedido a la comunidad internacional que «condene y denuncie las acciones de la milicia terrorista» «Este crimen atroz se suma a la serie de crímenes cometidos por esta milicia rebelde en muchos estados de Sudán. Se trata de actos criminales que reflejan el comportamiento sistemático de estas milicias al atacar a civiles, saquear sus propiedades y desplazarlos por la fuerza de sus zonas de residencia», ha dicho, según ha recogido la agencia estatal sudanesa de noticias, SUNA.

Por su parte, las RSF han afirmado que las Fuerzas Armadas «movilizaron a un grupo número de fuerzas» en Uad al Nura «con el objetivo de atacar a las fuerzas (paramilitares) en Yabal al Auliya» y ha dicho que atacaron «tres campamentos militares» en los alrededores de la localidad. «Nuestras fuerzas se enfrentaron al enemigo en estos campamentos, ubicados fuera de la ciudad, y pudieron incautar cuatro vehículos totalmente equipados, 70 fusiles de asalto tipo Kalashnikov y artillería», ha manifestado, antes de señalar que ocho miembros de las RSF murieron en los combates.

«Nuestras fuerzas no se quedarán de brazos cruzados ante ningún movimiento o concentración del enemigo. Trabajarán para perseguirlos y derrotarlos», han dicho en un comunicado en su cuenta en la red social X, en el que han afirmado que «los intentos de ocultar la verdad (...) no serán de utilidad», sin abordar directamente las denuncias sobre una matanza de civiles por parte de los paramilitares. La guerra estalló el 15 de abril de 2023 a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar -ahora declarado como una organización terrorista- en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento definitivo de la transición abierta en 2019 tras el derrocamiento del régimen de Omar Hasán al Bashir.