Al igual que en el caso de los vehículos convencionales, este tipo de vehículos también deben superar el proceso de ITV.

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Cada vez es más frecuente encontrar en las carreteras vehículos eléctricos e híbridos que ofrecen la posibilidad de desplazarse reduciendo el consumo de combustible y la contaminación medioambiental. Según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), las matriculaciones de vehículos eléctricos, híbridos y de gas -contando con turismos, cuadriciclos, vehículos comerciales e industriales y autobuses- han aumentado sus ventas un 55,2 % en 2021 respecto al año anterior y se estima que, en los próximos años, siga aumentando su utilización. Sin embargo, al igual que en el caso de los vehículos convencionales, este tipo de vehículos también deben superar el proceso de ITV.

A la hora de pasar la ITV, en primer lugar, se debe tener en cuenta que el tipo de motor no es relevante, es decir, si el vehículo es de uso particular y de combustión, eléctrico o híbrido, la ITV conserva la misma periodicidad, siendo obligatoria la primera una vez hayan transcurrido 4 años de la matriculación. A partir de ese momento y hasta los 10 años, deberá realizarse cada dos años y, una vez el coche tenga una antigüedad de 10 años o más, se deberá pasar anualmente.

Por su parte, la documentación a presentar en la ITV será la misma que requiere cualquier otro vehículo de combustión. Es decir, se necesita la ficha técnica de la ITV, el justificante de la cita previa y del pago online -si se hubiera realizado a través de la web- y el permiso de circulación. Por último, el proceso ITV de este tipo de vehículos funciona prácticamente igual en la base, al de un vehículo de combustión, pero con algunos matices. Por este motivo, conviene diferenciar entre vehículo eléctrico e híbrido:

La mayor diferencia en el proceso de inspección técnica de un vehículo eléctrico es que, al no emitir ningún tipo de gases y, además, al ser completamente silenciosos, no son necesarias las pruebas de emisiones ni de ruido. Cabe destacar que, aunque se pueda pensar que este tipo de vehículos presentan diferencias constructivas que pueden conllevar a una inspección distinta a la habitual, sus componentes ya están contemplados en el Manual de Procedimiento de Inspección de las Estaciones ITV.

La particularidad de los vehículos híbridos es que utilizan tanto motor de combustión como eléctrico. Por tanto, al contrario que los coches eléctricos, deben pasar la prueba de emisiones y de ruidos. Finalmente, una vez el vehículo, sea del tipo que sea, supera el proceso de inspección recibirá una pegatina ITV que acredita que el coche es apto para circular en condiciones de seguridad. En el caso de no llevarla visible en la luna delantera, la infracción puede suponer una multa de 100 euros.

¿Cómo funciona el proceso de inspección técnica de un taxi?

La normativa que regula la actividad de las ITV en la Comunidad de Madrid exige que todos los centros de ITV deben disponer de un servicio especial para los taxistas, una opción que no está disponible en el resto de CC.AA. en las que sólo ciertas estaciones están obligadas a prestar este servicio. En cuanto a la periodicidad, los taxis deben someterse a la inspección técnica una vez al año durante los 5 primeros años desde la matriculación del vehículo y, posteriormente, cada 6 meses. Una vez el taxi acude a la estación y entrega la documentación requerida para el proceso, el vehículo accede a la nave para la revisión del control del taxímetro -en base a la información del fabricante y sus instrucciones-, así como para la prueba de ensayo kilométrico y de horario.

Por último, para poder comprobar si el taxi está vigente, se entrega una pegatina ITV, como en el caso de los vehículos privados, que nos indica la fecha de la última inspección del vehículo, válida durante un año, así como otra pegatina que indica la vigencia del taxímetro.