Precisó que el Comité de Defensa del Parlamento israelí ha autorizado la movilización de reservistas que han sido llamados a filas para apoyar la incursión.
"El objetivo de la operación es destruir la infraestructura de Hamás, tomar control de la zona de lanzamiento de cohetes y disminuir estos lanzamientos tanto como sea posible", añadió.
El portavoz declinó informar sobre el número de soldados que participa en el operativo, aunque puntualizó que toman parte los cuerpos de infantería, ingenieros, artillería y tanques.
Esas fuerzas están apoyadas por la Fuerza Aérea y la Marina, además de por distintas agencias de inteligencia y seguridad.
Los efectivos que participan en la operación "están muy entrenados y se han preparado para esta misión durante un largo periodo de tiempo", informó en un comunicado el Ejército.
Al frente de la operación está el General Yoav Galant.
El Comando de Interior ha tomado las medidas necesarias para proteger a la población civil del sur de Israel, indica la nota.
El propósito de la operación Plomo Fundido es "asestar un duro golpe a Hamás" y reducir el número de ataques desde la Franja palestina contra territorio israelí.
La nota del Ejercito señala que "los residentes de Gaza no son el objetivo de la operación. Aquellos que usan a los civiles, los ancianos, las mujeres y los niños como escudos humanos son responsables de todos los daños a la población civil".
Pero advierte que "cualquiera que esconda armas o a un terrorista en su casa será considerado un terrorista".
La invasión tiene lugar después de que el Ejército de Israel empleara por primera vez esta tarde fuego de artillería desde suelo en la ofensiva que inicio hace ocho días a la Franja y en la que hasta ahora solo utilizaba fuerza aérea y marítima.
Cientos de tanques y vehículos blindados, así como al menos diez mil soldados, cercaban desde el lunes Gaza a la espera de la orden del mando de invadir ese territorio palestino, de 40 kilómetros de largo por 15 de ancho y en el que viven millón y medio de personas.
Las primeras informaciones aparecidas de fuentes médicas tras la invasión del Ejército de Israel indicaban que se habrían producido unas veinte víctimas mortales entre los palestinos, además de unos cincuenta heridos, en tan sólo dos horas, que se añaden a los 465 muertos y 2.350 heridos contabilizados desde que comenzó la ofensiva israelí hace ocho días.
ONU
Por otro lado, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas fue convocado ayer noche de nuevo para estudiar la situación en Oriente Medio.
Hamás asegura que ha causado bajas entre sus adversarios
El movimiento islamista Hamás aseguró ayer noche en un comunicado que sus fuerzas se han enfrentado a las tropas terrestres del Ejército israelí que han invadido Gaza, y que les han causado varias bajas.
"Las fuerzas armadas israelíes están entrando despacio porque se están encontrando con el fuego de la resistencia palestina", dice de Hamás en la nota, en la que añade que "algunos soldados israelíes han sido heridos o muertos".
Milicianos de las Brigadas Al Kasam -el brazo armado de Hamás- y de otras facciones palestinas mantuvieron fuertes intercambios de fuego con los soldados israelíes, a medida que éstos entraban por el norte y el este de la franja, añade el comunicado.
La oficina de información del Ejército israelí, por su parte, declinó dar detalles sobre la situación en el terreno, y se limitó a decir a EFE que, "de momento, la operación continúa". La cadena de televisión israelí Canal 2 citó fuentes militares, e indicó que decenas de milicianos palestinos habrían muerto en los primeros enfrentamientos tras el inicio de la invasión, que comenzó sobre las 20.30 horas.
La información de esa cadena no ha sido tampoco confirmada por portavoces oficiales del Ejército israelí.
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