Cooperación. Nicolás Sarkozy y Silvio Berlusconi firmaron el acuerdo en el marco de la XXVII cumbre bilateral entre ambos países

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EFE Roma
El presidente francés, Nicolás Sarkozy, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, firmaron ayer un acuerdo de cooperación que tiene como objetivo el retorno de Italia a la energía nuclear.

En la XXVII cumbre bilateral entre ambos países, celebrada en Roma, Berlusconi agradeció a "la gran generosidad de Francia" la recuperación de la energía nuclear que Italia abandonó tras un referéndum celebrado en 1987.

El acuerdo consta de dos memorándum firmados por los consejeros delegados de las compañías eléctricas EDF y Enel, participadas por el estado francés e italiano respectivamente, que abren la puerta a la construcción en Italia de cuatro reactores de tercera generación.

La industria nuclear francesa abre, de este modo, un nuevo mercado y cede a cambio la entrada de Enel en algunos proyectos en suelo francés.
En la conferencia de prensa posterior a la firma del acuerdo, Sarkozy propuso a Italia una "asociación ilimitada" en materia nuclear, que sienta las bases de una amplia colaboración en aspectos que van desde la investigación a la producción.

Berlusconi dijo que está de acuerdo con Sarkozy en que el futuro de Europa no son los combustibles fósiles, sino las energías renovables y la energía nuclear.
En la cumbre bilateral, Berlusconi y Sarkozy también se refirieron a la marcha de la economía y abordaron asuntos como las ayudas públicas a algunas industrias como la automovilística y la situación del sistema financiero europeo.

Los dos mandatarios se mostraron reacios a la nacionalización de los bancos.

Berlusconi afirmó que se trata de algo que "no admite hipótesis" porque la banca italiana es "muy sólida" y los italianos son "un pueblo de ahorradores", mientras Sarkozy pidió cautela y señaló que es preferible reforzar el capital de las entidades financieras.

El presidente francés también se mostró cauto ante la idea expresada por el secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Gaithner, de crear un "banco malo" para acumular los activos tóxicos de la banca.

En cuanto a las ayudas públicas concedidas por París al sector del automóvil, Sarkozy dijo que habría preferido "una política europea coordinada para sostener la industria automovilística" y añadió que Roma y París tienen un concepto de competencia compatible con la protección de las industrias nacionales.

Por un G8 más abierto
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quiere aprovechar la presidencia de su país en el G8 este año para llevar a cabo una reforma y asociar de forma estructurada a las grandes economías emergentes.

En una entrevista publicada ayer por el diario francés "Le Figaro", Berlusconi explica que "Italia quiere que el G8 sea más representativo y más concreto para ser más eficaz", para lo cual "debe abrirse a las economías emergentes y dialogar con el mundo más pobre".

Su propuesta es "una asociación más estructurada y más estable del G8 con los países del G5 (China, India, Brasil, México y Sudáfrica) así como con Egipto, como representante del mundo árabe, musulmán y africano".

El jefe del Ejecutivo italiano comenta que durante su presidencia del grupo que reúne a los siete países más ricos y Rusia no hay una única prioridad sino muchas.