Zapatero. El presidente se sube al coche tras salir del Senado - Reuters

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, negó ayer que su política económica haya cambiado de rumbo en las últimas semanas, y se comprometió a ampliar seis meses más el programa de ayudas a los desempleados sin cobertura, lo que amparará a 200.000 parados más.

Zapatero protagonizó ayer un maratoniano día en el Senado, donde tras reunirse con los diputados y senadores de su partido, más tarde se sometió a una gran ofensiva de la oposición en la primera sesión de control al Gobierno de este periodo de sesiones.

Ofensiva que encabezó el Partido Popular, cuyo portavoz en la Cámara Alta, Pío García Escudero, acusó a Zapatero de dejar el país en "caída libre" tras someterlo a la improvisación y al "caos".

Después de una semana polémica con la propuesta de la reforma de las pensiones y el desplome de la Bolsa española con las dudas de los mercados internacionales sobre la solvencia del país, Zapatero llevó al Senado un mensaje de optimismo y de defensa de su política económica, en la que, aseguró, no hay "ningún cambio de rumbo".

Prometió por eso que el Gobierno seguirá trabajando para buscar la recuperación, cambiar el modelo productivo y seguir garantizando la cohesión social, prestando especial atención a los más afectados por la crisis.

En este sentido anunció, ante los diputados y senadores de su partido, que el Consejo de Ministros del viernes aprobará la ampliación del Programa Temporal de Protección por Desempleo e Inserción por seis meses.

Este programa regula la prestación de 426 euros para los parados que hayan agotado su subsidio y carezcan de rentas superiores al 75 por ciento del Salario Mínimo Interprofesional y ya ha beneficiado a más de 318.000 personas.

Con la ampliación, que según cálculos de Trabajo tendrá un coste de 500 millones de euros, podrá beneficiar a 200.000 desempleados más. La ayuda seguirá siendo de seis meses para cada beneficiario, que sólo puede disfrutarla una vez.

En sus intervenciones en el Senado, Zapatero insistió en restar importancia a los vaivenes de la Bolsa española y achacó sus últimas caídas al ajuste que, en su opinión, está abocada a registrar tras haber subido en 2009 mucho más que en otros países. Además volvió a atribuir la convulsión en los mercados a los movimientos especulativos contra el euro, e insistió en defender la solvencia de la economía española.

Zapatero defendió el Plan de Austeridad y los objetivos de estabilidad presupuestaria que ha puesto en marcha el Gobierno de aquí a 2013, si bien advirtió de que con la contención del gasto por parte del Estado "no basta" y es necesario que se impliquen "lealmente" en este compromiso comunidades y ayuntamientos.

Además apeló a la "credibilidad" mostrada por su Gobierno de 2004 a 2008, cuando se consiguió superávit público en todos los ejercicios, para asegurar que conseguirá del mismo modo reducir el déficit al 3 por ciento en 2013 como manda Europa.

El jefe del Ejecutivo defendió la política económica de su gobierno, la misma, aseguró, desde que llegó al poder, que se basa en tratar de cambiar el modelo productivo sin dejar de garantizar la cohesión social. "Lamento (decir) a quienes vienen hablando de giro o cambio de rumbo, que sencillamente es incierto", añadió el presidente del Gobierno, quien sólo entró de lleno en el rifirrafe político con el portavoz del PP, Pío García Escudero.

En ese cara a cara, previo al que hoy mantendrá con el líder del PP, Mariano Rajoy, Zapatero tachó de "inaceptable" que García Escudero acusase al Gobierno de pretender pagar menos pensiones ante el aumento del desempleo.

Además, Zapatero replicó a García Escudero que sólo desde el "descaro" pueden los populares criticar a un Gobierno que ha incrementado las pensiones mínimas un 33 por ciento, cuando ellos las congelaron. Las críticas del presidente no mermaron los ataques del portavoz del PP, quien le acusó de dar "bandazos como un pollo sin cabeza" en política económica y le hizo una advertencia: "la fiesta se acabó".

El Congreso pide austeridad
Por cuarta vez en los últimos diez meses el pleno del Congreso ha dado un "toque" al Gobierno para que dé ejemplo de austeridad y reduzca su estructura, al salir adelante una proposición no de ley del PP en la que se insta al Ejecutivo a reducir al menos un 25 por ciento su número de altos cargos. El diputado popular Rafael Merino defendió la iniciativa de su grupo, que pide una "profunda" reestructuración ministerial y la reducción de, al menos, un 25 por ciento de los altos cargos y asesores del Gobierno, puestos que, según dicjo, se han incrementado un 20 por ciento, lo que convierte al socialista en "el Gobierno más caro de la democracia". Desde el pasado mes de abril se han aprobado otras tres iniciativas en la Cámara en las que se pide austeridad y una reducción de carteras, la última el 27 de octubre.