Vaticano. El Papa en la primera sesión de su reunión con los obispos irlandeses - Reuters

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Los obispos irlandeses volvieron a reunirse ayer con el Papa para afrontar el tema de los abusos sexuales a niños cometidos por sacerdotes católicos en este país. Se trata del tercer encuentro sobre la cuestión que se celebra en el Vaticano en los últimos siete meses, lo que pone de manifiesto la preocupación de Benedicto XVI por este problema.

La reunión, que continuará hoy, empezó a las 9.30 horas y después de una pausa para comer prosiguió hasta las 19 horas. Hoy por la mañana tendrá lugar el último encuentro, tras el que el Vaticano publicará un comunicado oficial.

El Papa "está muy preocupado" por esta situación, explicó el primado de Irlanda y arzobispo de Armagh, el cardenal Sean Brady, en declaraciones a 'Radio Vaticano'. "Este encuentro ha sido preparado detalladamente pero es solo un paso de un camino muy largo", admitió. El purpurado espera que el resultado de todos estos esfuerzos se traduzca "en un proceso de arrepentimiento, renovación y reconciliación, por el bien de todos".

En cuanto a la insistencia con que el Papa está afrontando esta cuestión, Brady resaltó que se trata del "tercer encuentro en siete meses". "Todos nos proponemos el mismo objetivo que es el de tutelar a los niños" y para ello, las indicaciones que el Papa ha dado al respecto "deben ser estudiadas atentamente por todas las personas implicadas".

La polémica sobre los abusos sexuales a menores cometidos por algunos eclesiásticos en Irlanda se remonta al año pasado, a raíz de la publicación de dos informes judiciales en los que se denunciaron no sólo los actos criminales cometidos por algunas decenas de sacerdotes durante 30 años, sino el hecho de que tanto los responsables de la Iglesia en Irlanda como las autoridades gubernamentales de este país intentaron encubrir a los culpables.

Tolerancia cero de Benedicto XVI
Desde el inicio de su Pontificado, Benedicto XVI ha declarado la 'tolerancia cero' respecto a los eclesiásticos que cometan este tipo de delitos. Una de las primeras medidas que tomó fue la de exigir al fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, que había sido investigado por presuntos abusos sexuales durante décadas, que renunciara "a todo ministerio público" y llevara una vida de penitencia.

Por lo demás, son numerosas las ocasiones en las que el Papa ha condenado este tipo de acciones.