Numerosos vecinos de Concepción decidieron resguardarse en zonas altas - Reuters

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Un sismo de 5,6 grados Richter de magnitud sacudió ayer la zona central de Chile, afectada por el terremoto del sábado pasado, que hasta el momento ha dejado 802 fallecidos.

La sacudida de tierra se sintió a las 16:58 horas (19:58 GMT) y su epicentro se situó a 27 kilómetros de profundidad bajo el mar, a unos 33 kilómetros al suroeste de Valparaíso y a 115 de Santiago, frente a la localidad costera de El Tabo.

El Servicio de Geología de Estados Unidos informó que el sismo alcanzó una magnitud de 5,6 grados en la escala de Richter, mientras en Chile, la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) dijo que su intensidad fue de 5 grados en la escala internacional de Mercalli, que va de uno a doce, en Santiago.

En Valparaíso, Quillota y San Felipe, todas ellas localidades de la región de Valparaíso, la intensidad del movimiento telúrico alcanzó los 4 grados Mercalli.
En Talca, a 257 kilómetros al sur de Santiago, el sismo fue de 3 grados, la misma intensidad que tuvo en Concepción, la capital de la región del Bío Bío y una de las ciudades más devastadas por el terremoto del sábado pasado.

Esa zona ya registró este miércoles una fuerte réplica de 5,9 grados Richter, cuyo epicentro se situó bajo el mar a 53 kilómetros al noroeste de Concepción.
Habitantes de Concepción corrieron hacia las zonas altas ante el temor a un tsunami a causa del temblor, aunque las autoridades descartaron posteriormente la posibilidad de una salida del mar.

Ayuda
Casi cinco días después de la catástrofe, "por fin" llegó la ayuda a diversos barrios de Concepción.

Funcionarios de la Municipalidad de Concepción recorrieron ayer puerta por puerta varios barrios de la ciudad para entregar una bolsa con productos básicos a cada familia de la zona, afectada hace algunos días por saqueos de supermercados y otros comercios y sometida actualmente a un estricto toque de queda nocturno.

Para evitar que se extendiera el rumor y pudieran sufrir nuevos asaltos, los funcionarios recorrieron centenares de casas, pero dejaron bolsas únicamente en aquellos domicilios en los que había gente en el momento de la entrega.

El criterio establecido por la alcaldesa de la ciudad, Jacqueline Van Rysselberghe, es repartir, por el momento, únicamente una por familia, explicó a Efe la funcionaria municipal Consuelo Amenábar.

En las bolsas hay "comestibles, útiles de aseo personal y para la casa, lo justo y necesario para toda la familia", indicó Amenábar, a la vez que explicó que los productos han sido adquiridos por el Gobierno local y organizados para su distribución en los pocos supermercados de la zona que no fueron saqueados.