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Los mercados internacionales reaccionaron ayer positivamente al plan de rescate de Grecia acordado por los socios de la zona euro y han aliviado la presión sobre el bono heleno e impulsando al alza la Bolsa de Atenas, aunque el Ejecutivo griego siga manteniendo que de momento no recurrirá a él.

El diferencial entre el bono griego a diez años y el "bund" alemán se redujo hasta los 323 puntos básicos a las 10.00 GMT de ayer, con una rentabilidad del 6,508 por ciento, desde los 398 puntos y una rentabilidad del 7,25 por ciento que tenía el viernes.

La bolsa de valores de Atenas llegó a subir ayer lunes el 5 por ciento hacia las 11.00 GMT, cuando el índice se situó en los 2.097,04 puntos, frente a los 1.925,82 puntos del cierre de la semana pasada.

Paralelamente, subía el euro, que se cambiaba a 1,3595 dólares a las 11.15 GMT, frente a los 1,3447 dólares del viernes por la tarde.

Pese a este alivio, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Lucas Papademos, advirtió, en declaraciones recogidas por los portales griegos, que "el diferencial del bono del Estado heleno en algunos países se mantiene a niveles altos".

Los países de la Eurozona acordaron el domingo poner a disposición de Grecia préstamos por valor de 30.000 millones de euros, a un interés de alrededor del 5 por ciento.

Según el pacto, Alemania contribuiría en 2010 con 8.400 millones de euros, Francia con 6.300 millones de euros, Italia, con 5.500 millones, y España con 3.675 millones.

Además, se espera que también el Fondo Monetario Internacional (FMI) cuantifique cuál será su aporte, que se espera se sitúe entre 10.000 y 15.000 millones de euros para este año.

Mientras, los mercados siguen atentos a la capacidad de Atenas de implementar las medidas de ahorro fiscal y los cambios estructurales anunciados por el Ejecutivo liderado por el primer ministro, el socialista Yorgos Papandréu, para sacar al país de la crisis.

El gabinete ministerial se reunirá hoy martes en Atenas para estyudiar y aprobar el programa de privatización de empresas estatales y semiestatales, así como cambios en la administración de algunos organismos oficiales para reducir la plantilla de trabajadores.

"Estamos en el sendero de cambios", afirmó ayer el primer ministro griego, Yorgos Papandréu.