Encuentro. Nicolas Sarkozy y José Luis Rodríguez Zapatero el pasado viernes en Bruselas - Reuters

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Los jefes de Estado y de Gobierno de los dieciséis países que comparten la moneda única aprobaron el pasado viernes por la noche un mecanismo permanente de asistencia financiera, sobre la base del que se ha puesto en marcha para rescatar a Grecia, con el objetivo de defender al euro, estabilizar el mercado de la deuda pública y frenar el contagio de la crisis de endeudamiento. Esta medida será aprobada hoy por los ministros de Economía del Eurogrupo y empezará a funcionar el mañana cuando abran los mercados. Además, los líderes europeos reunidos en Bruselas se comprometieron a acelerar las consolidación de sus cuentas públicas y a "tomar todas las medidas necesarias" para lograr la reducción del déficit. El nuevo instrumento que aprobaron los jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro permitirá a la Comisión acordar ayudas financieras directas y puntuales a los Estados miembros en graves dificultades para preservar "la estabilidad de la Eurozona", según afirmó el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Por su parte, el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, no quiso dar detalles sobre la dotación de este fondo ni sobre su funcionamiento, aunque fuentes diplomáticas apuntan a que podría estar dotado inicialmente con 70.000 millones de euros. La presidencia española de la Unión Europea ha convocado una reunión para hoy en la que los ministros de Economía ratificarán esta medida, que entrará en vigor a partir del lunes. El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, destacó que se trata de una "medida de garantía" y que espera que no sea necesario utilizarla. "El apoyo a Grecia ha sido un apoyo bilateral, la decisión ahora es que el apoyo, en su caso si algún país lo necesitara, sería comunitario", explicó el jefe del Ejecutivo.

Por su parte, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, puso de relieve que lo que empezó siendo una crisis en Grecia se ha convertido en un ataque sobre el conjunto de la zona euro y que, por tanto, el plan está destinado a responder a la situación de "hoy" y no a la de la semana pasada. Por eso, se ha activado un mecanismo comunitario y no ya bilateral. "La zona euro ha decidido defenderse", aclaró el presidente galo, quien remarcó que "el euro es Europa, el euro es la paz de este continente. No podemos dejar deshacer lo que las generaciones anteriores han construido".

El Banco Central Europeo también participará de esta asistencia, aunque aún se desconoce cuál va a ser su papel. "Todas las instituciones de la eurozona, el Consejo, al Comisión, el BCE, así como todos los estados miembros, se comprometen a utilizar todos los instrumentos disponibles para garantizar la estabilidad de la Eurozona", destacó Van Rompuy.

No obstante, Durao Barroso insistió en que tanto la Comisión como los países de la Eurozona respetan "la independencia del BCE" y "apoyan plenamente al Banco en su actuación para garantizar la estabilidad de la eurozona". "Le corresponde a él decidir usando sus prerrogativas", explicó.