Memorias. El libro se editará en España a principios de 2011 - Reuters

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Las memorias de Tony Blair publicadas ayer con el título de "Un Viaje" han comenzado a levantar ya ampollas.

El vespertino Evening Standard critica al ex líder laborista por haber violado la convención según la cual lo que se habla en las audiencias reales debe permanecer secreto.

El líder sindical Bob Crow acusó a su vez a Blair de "revolcarse en la autocompasión y en la autopromoción" mientras que Charlie Whelan, ex asesor para prensa de Blair, calificó el libro de "basura".

Blair se atribuye incluso la idea de conceder la independencia al Banco de Inglaterra nada más asumir el poder en 1997, quitándole el mérito exclusivo a su ministro de Finanzas y luego sucesor, Gordon Brown.

Según Blair, la decisión fue suya aunque la tomó de acuerdo con Brown y dejó que fuera éste quien la anunciase para realzar su estatura política sin miedo a que éste le eclipsara porque, según explica, no le ha importado nunca tener a gente importante a su alrededor. El antiguo líder laborista califica a Brown de hombre "exasperante", pero un ministro de Economía "capaz y brillante" que le sometía a unas presiones "implacables".

También consideraba a Brown un "tipo raro", con "inteligencia emocional cero", y estaba seguro de que nunca iba a funcionar como primer ministro, si bien sabía que no podía impedir su llegada al número 10 de Downing Street (despacho del jefe de Gobierno) por el poder que tenía entre las bases de partido y los medios de comunicación.

Por lo que se refiere a sus conversaciones con la Reina, Blair habla de una visita al palacio de Balmoral (Escocia) donde se volvió a hablar del funeral de la princesa Diana de Gales.

"Yo me sentía nervioso. Ella (la Reina) también. Yo hablé, tal vez sin la sensitividad que debía haber demostrado, de la necesidad de aprender lecciones (con lo ocurrido). Me preocupó después que pensara de mí que estaba dándole lecciones o que era presuntuoso".

En algunos momentos de la conversación (Isabel II) asumió una postura de cierta altivez, pero al final ella misma dijo que había que aprender ciertas lecciones (...)", escribe Blair.

En otro pasaje del libro, el ex primer ministro describe una barbacoa con la familia real en la que el príncipe Felipe, esposo de la Reina, cocinó y otros miembros de la familia real sirvieron y no fregaron los platos.

"Se creerá que bromeo, pero no. Se pusieron los guantes y metieron las manos en el fregadero. Uno está allí sentado después de la comida, la Reina te pregunta si has terminado y se lleva los platos al fregadero".

Sobre Diana de Gales dice que conectó inmediatamente con ella y la recuerda como una persona sencilla y encantadora, pero también obstinada y muy emocional.

"Éramos cada uno a nuestra manera manipuladores", escribe el ex líder laborista refiriéndose a su habilidad para manipular los sentimientos de otras personas.

Blair revela también que le dijo a Lady Di que la relación con Al Fayed era un "problema".