Corbacho. El ministro aseguró que la reforma estará vigente más tiempo de lo que muchos creen - Archivo

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La reforma laboral es ya definitiva. Así lo decidió ayer el Congreso de los Diputados con su aprobación tras aceptar 24 de las enmiendas incorporadas a la norma por el Senado, una de ellas del BNG y el resto todas del PSOE, que se vio obligado a jugar en cada votación con los apoyos de los distintos grupos de la oposición para sacar adelante sus propuestas y eliminar aquellas que la Cámara Alta incorporó con su voto en contra. El debate ha estado marcado por la sombra de la huelga general del próximo 29 de septiembre y la abstención del PNV que, al igual que el resto de la oposición, criticó la medida. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, remarcó la importancia de la norma de la que dijo que probablemente "su vigencia será mucho más larga de lo que muchos se piensan".

Corbacho, como único representante del Gobierno, tuvo que hacer frente a las múltiples críticas de los portavoces del resto de partidos, que no perdieron oportunidad para expresar una posición global sobre la norma reprochando al Ejecutivo la medida e incluso realizando llamamientos a la huelga general como hicieron ERC, IU e ICV. No obstante, el ministro agradeció el modo en el que se ha celebrado la tramitación y consideró que ésta se ha culminado con la rapidez "deseada" para eliminar "incertidumbres" y sin "desvirtuar" los objetivos esenciales del decreto ley en el que tiene origen, con la incorporación de más de 70 enmiendas pactadas por los grupos.

Asimismo, anunció que el tiempo "lo dirá" pero que "probablemente" la vigencia de la reforma laboral sea "mucho más larga de lo que muchos se piensan". También destacó el "carácter equilibrado" del texto y aseguró que su aprobación coincide con el inicio de la recuperación económica en un escenario de "post crisis" respetando la realidad del modelo de relaciones laborales en España, sin poner en cuestión las instituciones básicas como la causalidad de la contratación temporal y la tutela judicial del despido, respetando "íntegramente" los derechos de los trabajadores.

Respecto a uno de los puntos más conflictivos de la medida, el del despido objetivo de 20 días de indemnización, la norma respeta el texto pactado por PSOE y PNV y registra que podrá justificarse por pérdidas "actuales o previstas" o la "disminución persistente del nivel de ingresos", suprimiendo un punto y como introducido por CIU en el Senado que, según los socialistas, "desvirtuaba" y "ampliaba" los supuestos.

También se justifica el despido por motivos de absentismo laboral, fijadas en un límite del 20% de las jornadas hábiles durante dos meses consecutivos, o el 25% a lo largo de cuatro meses discontinuos dentro de un periodo de un año, siempre que la media de la plantilla no supere el 2,5 por ciento, después de que el PSOE lograda eliminar una enmienda del PNV que suprimía este umbral mínimo.

Por otro lado, los socialistas lograron eliminar otra de las enmiendas introducidas por los nacionalistas vascos que obligaba a las empresas a hacer fijos sólo a aquellos trabajadores que hayan encadenado contratos durante tres años desempeñando el mismo puesto de trabajo y con idéntica actividad, mientras que a partir de ahora sólo tiene que estar en la misma empresa durante ese mismo periodo. No obstante, aceptó la propuesta del BNG para que la prestación por desempleo parcial se calcule por horas y no por días y que sea equivalente a la de la reducción de la jornada autorizada.

Así, el PSOE logró que prosperaran sus propuestas incorporadas en el Senado, entre las que destacan la reducción de 100 a 30 días del 'periodo de gracia' del que disponen los parados para rechazar cursos de formación sin ser penalizados, así como modificaciones en el marco de la intermediación laboral de las empresas de trabajo temporal (ETT's) y las nuevas agencias de colocación.

El popular José Ignacio Echániz aseguró que pese a los "intrascendentes" cambios introducidos por el Senado, el Ejecutivo sigue "en la más absoluta soledad" sin el apoyo ni de agentes sociales ni grupos políticos. "Es la primera reforma laboral de la historia que un Gobierno impulsa en solitario sin el apoyo de nadie", lamentó. A su juicio, le falta de reacción de los socialistas ha contribuido a "hacer el paro crónico" ante la negativa del Gobierno de cambiar el 'status quo' del mercado laboral, y sin negociar con el PP.