Urkullu. El líder del PNV dijo ayer que no hay nada cerrado - Archivo

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El proyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2011 se enfrentará el próximo martes a las cuatro enmiendas de totalidad presentadas ayer por CiU, BNG, UPyD y los tres partidos que conforman el grupo de ERC-IU-ICV, y a las que hoy se sumará una quinta anunciada por el PP.

Mientras, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) sigue negociando su posible apoyo a los Presupuestos del año que viene.

Al respecto, el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, que el martes pasado se reunió nuevamente con el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó ayer que su partido no ha decidido aún su respaldo, aunque existe "voluntad" de acuerdo.

Según Urkullu, queda "mucho que trabajar durante el día de hoy y también mañana", en referencia a que a las 14 horas de hoy viernes concluye el plazo para registrar las enmiendas a la totalidad.
Aunque insiste en que todavía "no tiene decidido el sí o el no" a los Presupuestos, considera que es "muy importante" ofrecer "estabilidad" para reforzar la economía vasca y reconoce que ha detectado "voluntad" por parte del PSOE y de Zapatero de avanzar en el desarrollo del Estatuto de Gernika.

Frente a la actitud del PNV, los nacionalistas catalanes presentaron ayer su enmienda a la totalidad de un presupuesto que califican de "ni-ni", porque ni son sociales ni productivos ni respetan las inversiones previstas en el Estatuto de Cataluña. Así lo calificó el portavoz parlamentario de Presupuestos de CiU, Pere Macías, quien insistió en que no sirven para crear empleo ni para afrontar la crisis ni para redimensionar la administración pública estatal.

También registraron enmiendas el grupo parlamentario de ERC-IU-ICV y el BNG, que se mostraron escépticos con la posibilidad de "enderezar" unas cuentas que calificaron de "renuncia y resignación", aunque no se cierran a negociar cambios.

En rueda de prensa conjunta, los diputados de ERC Joan Ridao, de ICV Joan Herrera, de IU Gaspar Llamazares y de BNG Francisco Jorquera coincidieron en que los Presupuestos implican la renuncia del Gobierno a salir de la crisis y la resignación a hacerlo injustamente con recortes sociales.

Para Llamazares el Ejecutivo ha roto con sus cuentas con los sindicatos y los trabajadores, así como con los partidos de izquierda, razón por la que Ridao se mostró escéptico con la posibilidad de darle la vuelta "como a un calcetín" a los Presupuestos.

Al respecto, Herrera advirtió de que será muy difícil hacer el Presupuesto más social si no hay una reforma fiscal en profundidad.