Féretro. Fue colocado en la sede de Comisiones Obreras en Madrid - Reuters

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La muerte de Marcelino Camacho la madrugada de ayer en Madrid a los 92 años ha concitado la respuesta unánime de partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales sobre su valor como figura indiscutible de la transición y la coherencia en la defensa de los derechos de los trabajadores.

El reconocimiento a su figura y a su acción sindical fue valorado por correligionarios y adversarios ideológicos, que no ahorraron reconocimientos a otros valores como su honradez y su flexibilidad en la negociación, concretada en varios acuerdos sociales durante las etapas de gobierno de la UCD (Los Pactos de La Moncloa) y la etapa de Felipe González en el PSOE.

El féretro de Marcelino Camacho, colocado en la sede de CCOO en Madrid, estuvo arropado en todo momento no sólo por su viuda, sus hijos y sus nietos, sino por miles de anónimos y por decenas de personalidades que acudieron a darle el último adiós.

Por parte de la Casa Real, dio el pésame el Príncipe de Asturias, que tras fundirse en un abrazo con Josefina Samper quiso "rendir homenaje y tributo a la figura histórica" de este dirigente sindical, clave "en la transición española, en la defensa de los trabajadores y en la lucha por los derechos sociales". Tampoco faltaron la mayoría de los miembros del Gobierno, con José Luis Rodríguez Zapatero a la cabeza, así como representantes de los partidos políticos, antiguos líderes políticos y sindicales como Santiago Carrillo o Nicolás Redondo, políticos como Marcelino Oreja o Rodrigo Rato y representantes de la justicia y la sociedad civil como Pilar Manjón, en nombre de la Asociación 11M Afectados del Terrorismo.

Todos ellos destacaron la lucha de Camacho en favor de los derechos de los trabajadores y su sufrimiento -durante 14 años en la cárcel- para contribuir a que España fuera un país democrático.

El presidente del Ejecutivo reivindicó un "homenaje colectivo" para una figura que fue un "gran testimonio de coherencia".

Unas horas antes, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, había calificado al histórico sindicalista de "referente moral" de los asalariados, que desgraciadamente "pagó muy cara su dedicación a la lucha por la democracia, por un sistema de convivencia en paz y en libertad y por que los trabajadores tuvieran una vida digna".

El ex líder del Partido Comunista de España Santiago Carrillo también recordó que Marcelino Camacho fue "una de las figuras más notables de la lucha antifranquista" y "uno de los más enérgicos y entregados luchadores por la causa de la libertad del pueblo español".

Uno de los mensajes más emotivos fue el que pronunció uno de los hijos del fallecido líder de CCOO, Marcel, quien afirmó que a la familia le gustaría que Camacho fuera recordado como "un hombre bueno, dedicado a los trabajadores, a las causas sociales y al estado del bienestar".