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La Comisión Europea insistió ayer en que Irlanda no ha solicitado la asistencia financiera de sus socios de la zona euro pese a que el servicio de su deuda alcanza costes cada vez más insostenibles.

El Ejecutivo comunitario también reiteró que la Unión Europea tiene los instrumentos necesarios en vigor para activarlos en caso de que esta ayuda fuera finalmente solicitada.
"A día de hoy, Irlanda no ha pedido ninguna asistencia financiera a Europa", aseguró el portavoz comunitario Olivier Bailly.

En caso de necesidad, y subrayo claramente que sólo en caso de necesidad, el presidente (José Manuel Durão Barroso) ha confirmado (en Seúl) que tenemos todos los instrumentos necesarios sobre la mesa debido al problema que ya afrontamos en primavera con otro estado miembro (Grecia)", añadió Bailly.

Las palabras del portavoz matizaron las pronunciadas ayer en la cumbre del G-20 de Seúl por el presidente de la Comisión Europea, quien afirmó que la UE "esta vigilando día a día la situación" que atraviesa Irlanda y que cuenta con los mecanismos necesarios para actuar si fuera preciso.
Los mercados de deuda elevaron ayer el bono irlandés de 10 años respecto al alemán de referencia a un interés del 9,25 por ciento, mientras su diferencial subió hasta los 680 puntos básicos, otra una cifra récord. Por noveno día consecutivo, los mercados aumentaron los intereses que paga el Estado irlandés para acceder a préstamos, después de que el miércoles se superase, por primera vez, el 8 por ciento por ciento y los 600 puntos básicos.

Estas subidas recuerdan las registradas por la deuda soberana griega la pasada primavera, antes de que los socios se vieran obligados a acudir en su ayuda improvisando un mecanismo particular junto al FMI.

Sin embargo, el Gobierno irlandés insistió ayer en que no ha perdido soberanía sobre su política fiscal y que no necesita ayuda económica de la Unión Europea (UE) para salir de la grave crisis que padece.

Para "no fomentar la especulación", los portavoces de la Comisión Europea se negaron a aclarar en público cómo se aplicaría al caso irlandés la nueva Facilidad europea de estabilidad financiera creada tras la crisis griega (EFSF, en inglés).

Según los documentos difundidos tras la aprobación de la EFSF, el pasado 9 de mayo, la concesión de los préstamos debe ser decidida por mayoría cualificada por el Consejo de ministros, después de que el país afectado determine sus necesidades de financiación junto con la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, así como un programa de reformas económicas.

Portugal
El Gobierno de Portugal, por su parte, insistió ayer en que no tiene previsto recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI), a pesar del aumento de la desconfianza de los inversores hacia la economía lusa reflejada en la alta presión sobre su deuda.

El interés sobre la deuda pública del país a diez años -utilizados como baremo de la confianza en la economía de un país- volvió a dispararse ayer y alcanzó el 7,37 por ciento,.