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Los ministros de Economía de la Unión Europea se reunieron de manera extraordinaria ayer domingo para ratificar el rescate a Irlanda. Un rescate que costará 85.000 millones de euros, y cuyas consecuencias se han barajado continuamente a lo largo de estos días. Entre ellas, un contagio a otros países, como España y Portugal. Para evitarlo, los ministros llegaron a otro acuerdo: la creación de un fondo de rescate permanente para después de 2013, que contemplará la participación de los bancos privados "caso por caso", y no de forma automática cuando haya que asistir financieramente a algún país. Por su parte, el Gobierno niega "absolutamente" que el país necesite un rescate, y así se volvía a manifestar Elena Salgado a su llegada a la reunión: "Los problemas están en Irlanda". Y se mostraba confiada en que el rescate aprobado por los Veintisiete frene el contagio de la crisis de deuda a España.

El domingo tenía lugar en Bruselas una reunión extraordinaria de ministros de Economía de la UE, convocada para aprobar el rescate irlandés. Finalmente se conoció la cifra: 85.000 millones de euros costará a la UE y al Fondo Monetario Internacional (FMI) el rescate, del que todavía queda por fijar el tipo de interés. Del total de la ayuda, 50.000 millones de euros se destinarán a atender las necesidades de financiación del Gobierno de Dublín, y el dinero restante se concentrará en el sector financiero.

A cambio, las autoridades irlandesas aprobaron el pasado jueves un duro plan de austeridad fiscal: en los próximos cuatro años se pretende reducir el déficit público del 32% del PIB actual al 3%. Para conseguirlo, duras medidas, que incluyen el despido de 25.000 funcionarios, el recorte del salario mínimo o el aumento del IVA hasta el 23%.
Pero los ministros de Economía de la eurozona llegaron también a un segundo acuerdo, que supone una "respuesta sistémica" a la crisis de deuda de la UE. Así, se creará un fondo de rescate permanente, que funcionará en 2013, que contemplará la participación de los bancos privados "caso por caso", y no de forma automática cuando haya que asistir financieramente a algún país.

Las negociaciones para este nuevo fondo se aceleraron tras el acuerdo alcanzado por Alemania y Francia sobre el funcionamiento de este mecanismo permanente, que sustituirá al fondo de 750.000 millones de euros creado en mayo con el fin de asistir a los países con problemas para refinanciar su deuda. Este pacto modera las pretensiones iniciales de la canciller alemana, Angela Merkel, que exigía que la banca asumiera de forma sistemática parte de la carga en futuros rescates.

Para llegar a este acuerdo han sido necesarios diversos contactos telefónicos, y otros "preparatorios". Así, la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker y el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet hablaron por teléfono al respecto. Por su parte, Sarkozy había mantenido contactos preparatorios con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el primer ministro portugués, José Sócrates y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.

La insistencia de Alemania en que el sector privado asuma de forma sistemática parte de la carga en futuros rescates ha sido uno de los detonantes del agravamiento de la crisis de Irlanda, según los analistas.