acto. Cospedal y Aznar ayer durante la presentación del estudio - PP

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El ex presidente del Gobierno José María Aznar advirtió ayer de la aspiración de las comunidades autónomas de convertirse en "mini-Estados" y de que con esta pretensión España no podrá competir con éxito "ni en Europa ni en el mundo".

Aznar hizo estas manifestaciones en la presentación de un estudio de la fundación que preside, FAES, titulado "Por un Estado autonómico, racional y viable", en un acto en el que también intervino la secretaria general del PP, María Dolores De Cospedal.

Ayer, por tercera vez en un mes, Aznar volvió a referirse al modelo autonómico. Mientras que en León, en un acto del PP, afirmó que el modelo autonómico era inviable política y económicamente, en Sevilla, también en un acto del partido, acusó al Gobierno de llevar el sistema al "borde del precipicio".

Y en esta tercera ocasión Aznar defendió la reforma del modelo para resolver los problemas que tienen las comunidades, una propuesta a la que se sumó De Cospedal, quien exigió una modificación "racional" ante el excesivo gasto en el que han incurrido las administraciones, que han confundido "lujo con necesidad".

España, aseveró Aznar, no puede mostrarse al exterior como "un territorio fragmentado, enfrentado, inseguro y escasamente previsible", consecuencia de convertir "la diversidad territorial" en un "viaje hacia ninguna parte".

Recordó que el modelo del Estado nace de la Constitución y, por tanto, "no puede quedar a merced del aventurerismo político de mayorías pasajeras" y debe evitar "nostalgias premodernas por fórmulas confederales", ya que ninguna de las planteadas ha arrojado las ventajas por las que abogaban.

Una intención que el ex presidente atribuyó a los nacionalismos independentistas y a la izquierda por su interés en el "desbordamiento de la Constitución".
Todavía hoy hay "quien sigue patrocinando un destructivo juego" entre administraciones central y autonómicas, que más que beneficiar, perjudica, y "quienes trabajan a favor de un Estado residual" por considerar que es "el único deseable".

Frente a esas propuestas "temerarias", Aznar defendió la Constitución como marco de configuración del modelo de Estado y apostó por afrontar la reforma bajo el paraguas de la Carta Magna.

Con la reforma se garantizaría el Estado de bienestar, se estimularía la competencia institucional entre territorios y se aprovecharían "las economías de escala" para competir con éxito en el exterior.

Unos objetivos que, a su juicio, nunca será viables con comunidades autónomas "aspirando a convertirse en mini-Estados".

"Si queremos seguir formando parte del proyecto europeo debemos resolver, entre otros, los problemas de nuestro Estado autonómico, porque de lo contrario tendremos dificultades crecientes para seguir anclados en el euro", proclamo.

Por su parte, De Cospedal afirmó que en los últimos tiempos muchas administraciones han confundido "el lujo con la necesidad", lo que hace necesaria una "reforma racional" del modelo autonómico.

La "número dos" del PP enfrentó los gastos imprescindibles de Sanidad, Educación o servicios sociales, con los superfluos que provienen de "17 plantas autonómicas que reproducen la planta del Estado".

De este modo, denunció que haya 17 Defensores del Pueblo, 17 tribunales de Cuentas, 17 organismos reguladores de la competencia, 17 televisiones públicas... y todo ello acompañado por el gasto en coches oficiales o asesores. "Un lujo imperdonable en tiempos de crisis", sentenció.

Uno de los autores del estudio, el diputado Gabriel Elorriaga, advirtió de que, a mayor descentralización, se produce un menor crecimiento económico, como ha ocurrido en otros países. Además, a mayor descentralización, añadió, "mayores dificultades" para reaccionar a las épocas de crisis.

También intervino en el acto el candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, y defendió la tercera descentralización en favor de las corporaciones locales para que éstas tengan más recursos y puedan ejercer sus competencias con eficiencia.