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Los jefes de Estado y de Gobierno de los países del euro aceptaron ayer impulsar el "pacto por la competitividad", exigido por Alemania como condición para admitir un aumento del fondo de rescate de la zona euro.
"Se añade al paquete financiero el refuerzo de la coordinación de las políticas económicas de la zona euro para una mayor competitividad", escribió el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en su página de Twitter.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunciaron por la mañana su intención de pedir a sus socios de la eurozona la adopción de este pacto, en una nueva escenificación de unidad franco-germana en la estrategia contra la crisis del euro.
Merkel y Sarkozy presentaron esta iniciativa para fomentar la convergencia económica en la región como una respuesta "estructural" a la crisis de la zona euro, tras las medidas "de urgencia" adoptadas el año pasado, para salir al rescate de Grecia e Irlanda.
"Queremos que 2011 sea el año de la confianza recuperada", dijo Merkel, quien explicó que el pacto constituirá un acuerdo intergubernamental entre los países de la zona euro, al que podrán unirse todos los Estados europeos interesados, aunque no pertenezcan a la unión monetaria.
Aunque ninguno de los dos líderes mencionó las iniciativas concretas que van a constituir este pacto, Merkel ya ha avanzado algunas de sus ideas, como la eliminación de las cláusulas de subida salarial indexadas a la inflación, una mayor armonización fiscal, la prohibición por ley de déficit públicos excesivos o el aumento de la edad de jubilación.
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dio su apoyo a este pacto impulsado por Alemania y Francia, durante la visita de Merkel a Madrid, aunque evitó pronunciarse sobre algunos aspectos como la subida salarial ligada a la productividad, que dejó en manos de los agentes sociales.

Está previsto que los dirigentes europeos encarguen a Van Rompuy que inicie una ronda de consultas con los líderes de la zona euro para identificar "vías concretas para avanzar" en la mejora de la competitividad.

Este pacto por la competitividad ha sido interpretado como la contrapartida exigida por Berlín como condición para aumentar la capacidad de financiación del fondo de rescate de la zona euro, del que Alemania es el principal contribuyente.