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La soprano Ainhoa Arteta editó "Don't give up", su segundo álbum de aproximación al pop-rock, aplaudido por muchos, pero con el que también cosechó críticas feroces de los fans del género. De ello ha extraído la conclusión de que ese público es "muchísimo más purista" que el clásico.

Arteta (Tolosa, 1964), en una entrevista a Efe con motivo de su regreso a San Sebastián, comenta ese recibimiento "visceral" que ha tenido entre algunos seguidores del rock su incursión en los terrenos de Nirvana, Gun's and Roses, Peter Gabriel o U2. Asegura que no se toma en serio las reacciones de esas personas, que le reprochan, por ejemplo, haber "asesinado" a Kurt Cobain. Dice que se ha implicado en ese álbum "por divertimento" y "por una cuestión pura y dura de mercado", en un momento en que las discográficas clásicas "no graban apenas".

"No he hecho más que versionear, no he cogido un 'kalashnikov' y he empezado a disparar en un teatro a todos los que venían a escucharlo. La versión de su ídolo la van a tener igual aunque yo haya hecho la mía, lo máximo que pueden hacer es no ponerla", afirma.

La cantante decidió "parar" hace diez años y "reestructurar" lo que había estado haciendo en esa primera década de su carrera. Fue un paso "imprescindible" para definir su "repertorio y vocalidad".