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El exgeneral serbobosnio Ratko Mladic, capturado la semana pasada tras 16 años de fuga, fue extraditado ayer por Serbia, a plena luz del día y bajo fuertes medidas de seguridad, al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY).

El hombre que durante años fue conocido como "el carnicero de los Balcanes" partió desde Belgrado a bordo de un avión rumbo a La Haya, sede del TPIY.

La ministra serbia de Justicia, Snezana Malovic, había firmado poco antes la autorización para su extradición, último paso para cumplir los requisitos establecidos por la ley serbia.
"Con la extradición de Mladic, Serbia ha cumplido su compromiso internacional y moral", aseguró la ministra ayer en rueda de prensa. Agregó que esta captura y extradición "representa una clara confirmación de la sincera determinación de Serbia a completar la cooperación con el TPIY".

"Además, es un claro mensaje a todos los acusados de crímenes de guerra que serán llevados ante la Justicia", concluyó Malovic.

El TPIY reclama todavía la captura y entrega de Goran Hadzic, exlíder de los serbios de Croacia, único inculpado de crímenes de guerra por La Haya que sigue en libertad.
A diferencia de lo sucedido en 2008 cuando fue extraditado el exlíder político de los serbios de Bosnia Radovan Karadzic, el traslado de Mladic no se realizó en secreto en medio de la noche, sino a plena luz del día y con el cierre al tráfico de la principal autopista que parte de la capital serbia.

Era como si la Justicia y el Gobierno serbio quisieran transmitir un mensaje de fuerza a los más radicales de la sociedad, que siguen considerando a Mladic un héroe nacional y que han criticado duramente al Ejecutivo proeuropeo y al presidente del país, Boris Tadic, por la captura del exgeneral.

La detención y extradición de Mladic se realizó en un ambiente mucho más tranquilo que la de Karadzic, que causó graves disturbios, con un muerto y numerosos heridos.
Malovic recordó ayer que exgeneral está acusado "de los crímenes más graves de lesa humanidad", en referencia las miles de muertes de civiles en la guerra de Bosnia (1992-1995), incluida la masacre de unos 8.000 hombres y niños musulmanes en Srebrenica.

La extradición "es una satisfacción para las víctimas y sus familias", manifestó la ministra serbia, quien agregó que "a la vez es un mensaje de reconciliación para la región (balcánica)".

El último recorrido de Mladic por tierras serbias lo realizó bajo fuertes medidas de seguridad, en un convoy policial que partió de las dependencias del departamento especial de crímenes de guerra del Tribunal de Belgrado, donde estaba recluido desde el jueves pasado. Horas antes, un consejo judicial había rechazado el recurso de extradición de la defensa, que alegó su mal estado de salud.

Según el abogado del acusado, Mladic no sobrevivirá a su traslado a La Haya, que se encuentra a tres horas de avión de Belgrado.

Los familiares del exgeneral, que desde su captura lo visitaron todos los días en la cárcel, aseguran que sufrió un derrame cerebral y que padece varias enfermedades crónicas. Por eso, habían pedido un examen médico independiente antes de que fuera extraditado.
La Justicia serbia ya había determinado el pasado viernes, un días después de su detención, que Mladic estaba en condiciones de ser enviado a La Haya, donde será enjuiciado.